La verdad que hay detrás de todas las cosas no cabe en la mente humana, de la misma manera que todo lo que hay en la red no puede almacenarse en un solo ordenador; pero esto no es un gran problema ¿quién necesita toda la verdad en su mente… ? , no sabríamos manejarla, nos colapsaría. Hemos sido educados para creer que la verdad es algo que sólo se puede buscar pensando, no se nos ha dicho que todo ser humano tiene la capacidad de reconocer lo verdadero en su corazón. Joan Antoni Melé, subdirector de “Triodos Bank” en España, nos dice que la vida de un ser humano se torna verdadera cuando hay coherencia entre lo que siente, lo que piensa y cómo actúa en su cotidiano discurrir. Tal vez esa sea la verdad que tantos intelectuales han buscado sin éxito durante siglos en su mente, sin darse cuenta que estaban investigando con sólo una parte de su ser, precisamente la que no tiene la capacidad de sentir la verdad: la mente.
La verdad se encuentra cuando se sigue a nuestro corazón, pero no hay que confundirlo con la imagen que nuestro ego se ha hecho de él; este sucedáneo de corazón está construido con creencias, con valores relativos, y por lo tanto cuando se busca la verdad a través suyo lo único que se consigue es dar vueltas como en un tiovivo .
La verdad sólo se puede escuchar en el corazón
Para lograr la vida verdadera de la que nos habla Melé es imprescindible conectar con nuestro corazón, pero también nutrir a nuestra mente con conocimiento que sea coherente con lo que sentimos. Una persona de grandes sentimientos puede estar haciendo algo que va en contra de ellos y no percibirlo, porque las creencias que ha recibido sobre el mundo se lo ocultan. Por ejemplo, se puede ser un gran defensor de la naturaleza y sin embargo tener tus ahorros en un banco que los invierte en empresas que la destruyen de forma sistemática, o comprar un detergente ecológico que ha empleado aceite de palma en su elaboración y descubrir que se ha deforestado la selva para poder cultivarlo. Estos ejemplos ponen de manifiesto que ser coherentes con lo que sentimos implica también volvernos a formar, pues la educación que recibimos no tuvo en cuenta a nuestro corazón. Ser coherentes, llevar una vida auténtica, implica reeducarnos en los Nuevos Paradigmas del Conocimiento, porque estos sí están naciendo para ser transparentes a la luz de nuestro corazón. Este conocimiento, más allá del materialismo, está surgiendo en múltiple lugares y todos podemos ser creadores del mismo. Una humanidad coherente es el mejor regalo que podemos dejar a nuestros hijos. Para terminar este artículo qué mejor que un ejemplo de coherencia, te dejo con una charla llena de pasión, inteligencia y sobre todo sabiduría; Joan Antoni Melé nos habla de dinero y vida, dos temas que sólo se pueden armonizar en el corazón, algo en lo que él es un maestro ¡ Prepárate a sentir el poder de la coherencia, un impulso que ninguna creencia limitante puede frenar!