Dejar de fumar no es un hecho que se realiza de la noche a la mañana, sino que es un proceso con diferentes etapas y cambios a lo largo del tiempo. Se trata de un proceso de madurez en el que se desea el cambio y se logra la deshabituación tabáquica con la abstinencia absoluta y definitiva.
Generalmente, desde que una persona decide seriamente dejar el tabaco, hasta que realmente lo consigue, pasan varios meses, incluso años. En la mayoría de los casos se requieren varios intentos, realidad bien conocida por los ex-fumadores.
Fases del proceso de dejar de fumar
- La persona está de acuerdo con su conducta de fumador, no se plantea de momento el cambio.
- El fumador contempla la posibilidad de dejarlo
- El fumador se prepara para dejarlo, busca información o se conciencia.
- La persona pasa a la acción y abandona el hábito. Posibles recaídas.
- Se mantiene en su decisión con constancia.
El poder de la motivación
Se ha comprobado que la motivación para dejar de fumar es clave en todo proceso de abandono. Esta motivación para dejar de fumar puede tener diversos orígenes:
• Círculo familiar.
• Amistades.
• Compañeros de trabajo.
• Medios de comunicación.
• Personajes de prestigio social.
Las causas de motivación pueden ser variadas, generalmente todas influyen, pero siempre hay alguna que es clave en cada individuo:
• Temor a las enfermedades producidas por el tabaquismo.
• Una búsqueda de la mejora de la calidad de vida y aumento de la autoestima.
• Ahorro económico.
• Factores relacionados con la aceptación o el rechazo social.
Por lo tanto es muy importante descubrir cuáles son las razones por las que el fumador quiere dejar el hábito, para que pueda profundizar en su grado de motivación. El fumador debe comprometerse activamente en el proceso, y si no está suficientemente motivado, existirán muchas posibilidades de que el tratamiento fracase.