Cuando aprendemos a controlar nuestra mente, crear pensamientos y sentirnos en calma aunque sea breve se empiezan a notar cambios: el cuerpo se desacelera, los pensamientos se aquietan y hay espacios entre uno y otro, la mente se despeja.
El silencio es un excelente método y gran colaborador: pone palabras precisas; aplicado a un problema o conflicto, ofrece claridad y solución.
Cultiva la paciencia y controla la ansiedad
El silencio da luz a los estados de anímo bajos o tristes.
Nos acerca a niveles de creatividad no explotados previamente.
Aporta a los momentos dificiles sensación de paz, orden y aceptación.
Conecta con la capacidad de hacer y estar y transforma la naturaleza humana volviendola más espiritual y plena.
Pasos hacia la Quietud:
Párate un momento y siéntete comodo con tu entorno.
Con los ojos abiertos, deja que tu vista descanse en un punto.
Olvidate de situaciones y sonidos por algunos instantes
Presta atención a los pensamientos e intenta focalizar tu mente en un aspecto positivo, por ejemplo paz o amor.
Reconoce y aprecia los sentimientos positivos que surjan de ello y mantén viva la experiencia durante unos instantes
Finaliza cerrando los ojos y creando un silencio completo en tu mente hasta volver nuevamente al mundo de las palabras y sonidos.
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