En la neurociencia, el concepto de «flujo» está de moda.
El flujo describe un estado mental específico que nos permite concentrarnos intensamente en una sola tarea o tema.
En este estado, el tiempo que nos rodea aumentará y se ralentizará, dándonos más tiempo para reaccionar y mejorando significativamente nuestro rendimiento.
Al mismo tiempo, somos más rápidos a la hora de resolver problemas y responder, y podemos bloquear por completo cualquier pensamiento o tentación que nos distraiga.
¿Qué es exactamente este «flujo» y cómo se produce?
Explicación del flujo
El flujo es un estado mental determinado, del mismo modo que «luchar o huir» nos pone en un estado mental determinado.
De hecho, el estado de flujo es muy similar a la respuesta de lucha o huida, con la diferencia básica de que la lucha o la huida nos hace entrar en pánico y nos distrae, mientras que el flujo es algo más tranquilo y positivo.
Sin embargo, ambos estados se desencadenan por una sensación de amenaza e importancia.
Cuando el cuerpo detecta que está en peligro o que está trabajando para conseguir un objetivo muy importante, produce sustancias químicas como la dopamina, la noradrenalina y el cortisol.
Estos aumentan el ritmo cardíaco, tensan los músculos y, en general, nos hacen estar más alerta y preparados para la acción.
La diferencia es que el poder del flujo también produce serotonina (la hormona del bienestar) y anandamida (la hormona de la felicidad).
Esto hace que la sensación sea mucho más eufórica, y nos hace más creativos.
En otras palabras: es un peligro/importancia para el placer y la excitación.
Los «desencadenantes» típicos de los estados de flujo son el surf, el snowboard y los deportes.
Se trata de cualquier momento en el que has perdido la noción del tiempo y de quién eres, y en su lugar has empezado a moverte puramente en el espacio, sin distracciones.
Esto también puede ocurrir cuando uno actúa en una banda y se convierte en «uno con la música».
O cuando estás inmerso en una discusión fascinante y pierdes la noción del tiempo.
Cómo acceder al flujo
Entonces, ¿cómo se accede a este increíble estado mental y se encuentra el flujo? La respuesta es que requiere concentrarse al 100% en lo que estás haciendo, construyendo su significado en tu mente.
El uso de la meditación puede ayudarle a mejorar su concentración en general, mientras que la práctica de la TCC (terapia cognitiva conductual) puede enseñarle a cambiar su forma de pensar sobre diferentes actividades.
En última instancia, sin embargo, tienes que recordarte a ti mismo por qué es importante lo que estás haciendo y participar plenamente en el momento.
Sólo entonces podrás aprovechar tu flujo.