Revista En Femenino

El poder del Lado Rosa

Por José Mª Ruiz Garrido @laparejadegolpe

El poder del Lado Rosa La pequeña Leia tiene las cosas claras. Sabe lo que le gusta, y lo que no. Con apenas tres años y medio ya me ha soltado en alguna ocasión frases como "esa gomilla no pega con estos pantalones, Papi". Y ante una tesitura como esta, no me queda más salida que la rendición incondicional. Porque su adiestramiento Jedi avanza más rápido que el mío, y argumentos y vocabulario, no le faltan. Ya he caído varias veces en mi propia trampa, y estoy intentando evitar preguntarle sobre qué color prefiere para sus zapatillas nuevas, sus bañadores, su paraguas, sus gafas de sol,... lo que sea.

Cuando uno es padre de mellizos, niño y niña, se encuentra con situaciones difíciles de esquivar. Los típicos regalos siempre vienen de dos en dos, y claro, el azul es para el peque, y el rosa para su hermana. Es de cajón. Al menos para todo el mundo que te rodea, es de cajón. Desde siempre he querido huir de esta dicotomía, pero la publicidad, los juguetes, la familia y sus gustos, los dibujos animados, y el muestrario de modelitos en la mayoría de establecimientos, termina por convertirse en un bombardeo 24 horas, siete días. El rosa se impone al resto del espectro visible. Desde el ultravioleta al infrarrojo, el Lado Luminoso de la Fuerza tiene colores para aburrir, pero nunca subestimes el Poder del Lado Rosa.

Como ya he comentado, la pequeña padawan tiene mucho vocabulario. Y sabe cómo usarlo. Estoy convencido de que aprendió la palabra favorito sólo para definir el rosa como su color preferido. Tratando con ella, yo nunca he asociado el rosa con sus cosas, o su género. Al menos no he sido consciente de hacerlo, Ni siquiera le he promovido la vis cursi tipo princesas Disney. Tampoco es que haya luchado contra el bombardeo constante del Poder del Lado Rosa, pero nunca le he incitado esa querencia. Los padawanes ven los mismos dibujos, leen los mismos cuentos, tienen los mismos juguetes. Pero el perrito rosa es suyo. Y no porque el rosa se lo hayamos adjudicado a ella, sino por propia decisión suya.

El poder del Lado Rosa

En fin, cada día que pasa nos sorprende con alguna de sus ocurrencias, o algún avance. Y cada día que pasa, más convencido estoy de que es imposible controlar todas las influencias que recibe, ya sea en casa o en el colegio, con los amigos de clase, con los compañeros de juegos y aprendizajes o con la familia. Ni tampoco controlar su querencia natural, su personalidad y sus gustos. A mí sólo me queda perseguir... seguir sus pasos... acompañarla, e intentar que algún día tenga ganas de que organice con ella y con su hermano un maratón de pelis de Star Wars, aunque Darth Vader vista de negro.

A ver, padres y madres que tenéis pequeñas padawanas, ¿también se os acumula la ropa de color rosa?


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