Hoy vuelven a aparecer 49 asesinados en Nuevo León, y en verdad no lean este libro si lo que quieren es una especie de noticia extendida de lo que pasaba (y se ve que pasa) en la frontera para llegar a estos extremos. Como también dice otro , sería terrible si fuera verdad sólo el 10 % de lo que cuenta. Saber que probablemente lo es el 90 resulta pavoroso.
Disculpen vds. el comienzo, pero el libro contiene tal carga de violencia que me patea que sólo remede a la puñetera realidad: se ve que la guerra que nos cuenta el libro y que comenzó en los 70 el agente de la DEA Art Keller no ha progresado mucho en el fin del narcotráfico, aparte de dejar miles de muertos por el camino.
Les he advertido: si son estómagos delicados o tienen problemas para conciliar el sueño, pasen. No llegan a su altura en lo violento ni el Sam Peckimpah de Grupo salvaje ni el Takeshi Kitano de Brother . Pero no es menos cierto que, como en el cine, contarlo con oficio puede dar magníficos resultados.
Porque es un libro condenadamente bueno. Lo que asusta es que no es una película. Es la vida en la frontera.