Revista Opinión

El poder (II)

Publicado el 21 octubre 2010 por Romanas
Decía lord Acton que el poder corrompe y que el poder absoluto corrompe absolutamente, y el problema es que el poder es también como una especie de esas plantas carnívoras que atrapa todo lo que pasa por su lado, lo devora y asimila, incorporándolo para siempre a su propio sistema. Y, como esas plantas, también, es insaciable. Ésta quizá sea su característica fundamental, al poder todo lo que tiene le parece poco.Y no debemos confundir el ansia de poder con la avaricia, que no es sino el deseo desenfrenado de adquirir la mayor cantidad de dinero.El dinero no es el poder en sí mismo, sólo una de sus manifestaciones. Con dinero se puede obligar a otros a trabajar para nosotros, una manifestación de poder, pero hay poderes, como el político, que no se basan en el dinero.¿Por qué corrompe el poder?Por la peculiarísima estructura de la naturaleza humana.El hombre sufre el ansia de dominio, quiere ser el dueño de todas las cosas. Y, lo que es mucho peor, también pretende imponer su dominio a las personas. Y, aquí, es dónde comienza la corrupción del poder.Dominar a otro, a otros, no es sino un acto de perversión porque anula lo más hermoso de la conducta humana, la posibilidad de decidir sobre nuestra propia vida libremente.Cada ser humano nace con una vocación, con un deseo de hacer en la vida lo que más le place y, si todos pudiéramos realizar nuestra vocación, el mundo y la vida serían felices.Pero son muy pocos los que lo consiguen, la mayor parte de todos nosotros hace lo que le dejan hacer, cede, pues, lo mejor de su personalidad, soporta la vida que le imponen unos señores a los que ni siquiera conoce. Es una especie de esclavo moderno cuyas cadenas se han vuelto invisibles, pero que son tan restrictivas como las de otros tiempos.Ahí, en esa sumisión a un destino cuya capacidad de decisión se le escapa, reside el aspecto pasivo del poder, el activo consiste en esa fruición con la que los poderosos ejercen el poder llegando incluso a imponer a los dominados auténticas humillaciones, siendo el placer que experimentan los dominantes en su ejercicio el signo más evidente de su corrupción.Para aclarar la distinción entre la detentación del poder y la posesión de dinero, es conveniente referirse a la situación relativa entre China y los Usa. Hoy, China le presta dinero en cantidades masivas a Usa, pero el poder, la hegemonía mundial todavía está en manos de los americanos, porque el poder en sí mismo reside en otras posibilidades, además de la posesión de capital, como es la fuerza coercitiva que de hecho se ejerce en determinadas situaciones, ésta es la expresión más brutal del poder, muy semejante a la que ejercen los mafiosos precisamente ofreciendo protección a los propietarios de los grandes negocios.Y es éste poder absoluto, de idéntica naturaleza que la fuerza bruta,  el que, como decía lord Acton, corrompe absolutamente, porque impele a los que lo detentan a cometer las mayores atrocidades en orden a conservarlo, como llevar la guerra a aquellos países ricos en una determinada materia prima.

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