El poder (IV)

Que el axioma de lord Acton, "el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente", se cumple al pie de la letra no necesita, para su constatación, sino que miremos un poco en lo que sucede a nuestro alrededor, no más lejos de nuestro ambiente familiar,  y comprobaremos cómo el hombre, la mujer o unos hijos ejercen un dominio más o menos riguroso sobre los otros, porque, como dijimos, esa tendencia a ejercer poder forma parte de la naturaleza del ser humano.De entre los poderes que podemos denominar malevolentes, maléficos, negativos, hoy nos vamos a fijar especialmente en el poder de los Usa, en el poder del PP y en el poder del Franco Madrid, que nos pueden muy bien servir de ejemplo para ajustar definitivamente nuestra conducta a lo que debe ser nuestra manera de vivir: hacer frente decididamente a los poderes negativos porque, si no lo hacemos, éstos acabarán por destruir completamente nuestras vidas.Ayer, todos los diarios traían la noticia de la nueva información de Wikileaks,  según la cual, en Irak, Afganistán o en cualquier sitio en que pongan en acción la defensa de sus miserables intereses hegemónicos, los Usa, no sólo han provocado la muerte de cientos de miles de inocentes en unas guerras sin ninguna justificación, también han practicado no ya lo que hemos dado en llamar la guerra sucia sino, además, la tortura sistemática y el  horror para someter aún más a las poblaciones masacradas.Es por eso que yo mantengo una lucha a muerte contra los que no quieren admitir que, en esa dualidad de mundo, en esa lucha sempiterna entre Ormuz y Ahrimán, entre Oriente y Occidente, en definitiva, entre el Bien y el Mal, todos los que no seamos realmente unos auténticos canallas hemos de tomar partido decididamente, sin que esto suponga, ni mucho menos que, luego, en el interior de esos mundos, más o menos cerrados, que constituyen en sí mismos los 2 contendientes universales, no propugnemos también la lucha interna contra el  o los poderes maléficos que dentro de ellos se producen igualmente.
O sea que, con plena independencia de que en China luchemos denodadamente contra las estructura opresivas de su poder interno, a nivel mundial, debemos apoyar su lucha contra la hegemonía usaniana  porque, a nivel universal, ésta es el poder a batir si queremos ser honrados con nosotros mismos, si no aceptamos mansa e ignominiosamente que somos esos corderos repugnantes que sólo viven para acumular esa grasa del hedonismo que neutraliza cualquier clase de honradez política.En cuanto a España y el PP, no creo que nadie, ni siquiera esos diez millones de ciudadanos que lo votan, albergue la más  mínima duda de que este partido defiende los intereses de una oligarquía que sólo busca enriquecerse aún más a expensas del hambre y la miseria de esos 5 millones de parados más esos otros 10 millones que, según todas las organizaciones humanitarias, viven en nuestro país por debajo del umbral de la pobreza, siendo como son ellos, los del PP, la causa directa de su desamparo. La lucha, pues, contra el PP es un indeclinable postulado de nuestra propia decencia y, por ello, de una manera semejante a como las atrocidades que en China se cometen contra los derechos humanos no deben servirnos de excusa para no apoyar su lucha a muerte contra el poder de los Usa, aquí, en nuestro país, la conducta del PSOE, un partido de una derecha más moderada, no nos debe inducir a dejar de votarlo a él en las próximas elecciones generales, por el axioma, indiscutible también, de favorecer al mal menor.En cuanto al Franco Madrid, muchas de las estructuras sociales de este país están pudriéndose gracias a esa labor de zapa que el Club de Florentino, el máximo estandarte visible de ese poder maléfico que trata desde la sombra de hacerse con los últimos reductos que todavía se escapan a su dominio, por lo que toda persona con un mínimo de decencia debe luchar también, en la medida de sus fuerzas, contra dicho poder maléfico, que no sólo sojuzga a unos 20 millones de descerebrados españoles sino que extiende su demoledora influencia a otros muchos millones más en todo el mundo.