POSTRERA INVOCACIÓN
Al fin, dulcemente,dejando los muros de la fuerte mansión almenada,el duro cerco de las cerraduras, tan bien anudado;la guardia de las puertas seguras,sea yo liberado en los aires.Con sigilo sabré deslizarme;pon tu llave suave en la cerradura y, con un murmullo,abre las puertas de par en par, ¡alma mía!Dulcemente -sin prisa-(carne mortal, ¡oh, qué fuerte es tu abrazo!¡oh amor! ¡cuán estrechamente abrazado me tienes!)Walt Whitman (1819-1892)
Poeta estadounidense