Revista Cultura y Ocio
Incurre a veces el amor en rampas, en fiebre, en fuegos; cae entonces en la cuenta del vértigo, broncamente amarra las riendas antes del roto, pero luego abre decidida altura y zurce a besos los harapos del aire. A Wendy se la ama así, no es posible esgrimir otro poema. Peter Pan vuela los tejados de Londres con el corazón henchido. No ha dejado de hacerlo nunca, sigue en vuelo, enamorado, inmortal y perfecto.