Hay muchas razones por las que la humanidad debe avergonzarse, una de las más lacerantes es la de la esclavitud. Precisamente por ello hay obras que nos recuerdan lo injusto de la situación de la forma más evidente: muestran que todo el discurso que justifica la opresión no tiene ninguna base.
Los padres jamaicanos de Francis Williams lograron emanciparse a finales del siglo XVII: sus hijos nacieron libres en una sociedad basada en el esclavismo. Francis pudo estudiar y aplicarse, goza por ello del honor de ser conocido como el primer hombre negro que leía en latín la obra de Newton. Su esfuerzo dignifica a toda la especie.
Un mediocre pintor anónimo, casi naif, recoge en 1740 ese momento en que Francis Williams está delante de los Philosophiæ naturalis principia matemática de Newton, y a su lado un globo celeste, tintero, regla y compás para profundizar en su estudio. Al fondo se ve Spanish Town, la capital de Jamaica en la época.
Las extensas colecciones del Victoria & Albert Museum de Londres hacen que sea un lugar privilegiado para el turismo matemático: hay todavía múltiples objetos que seguiremos destacando.