Revista Opinión

El populismo no agacha la cabeza

Publicado el 01 abril 2015 por Polikracia @polikracia

En el contexto de la crisis socioeconómica que asuela Europa, el declive del modelo del Estado del Bienestar y las ciertas bocanadas que nos empieza a dar la democracia representativa; los partidos más populistas del continente no paran de cosechar cada día mejores resultados en los comicios a los que se presentan. Partidos políticos con bastantes años de vida, pero que después de las ultimas Elecciones al Parlamento Europeo de 2014 han ido reafirmado su también crecimiento en el ámbito nacional.

Estamos ante un avance populista que no entiende de fachadas ni de colores y abarca a todo el espectro ideológico. Desde la izquierda con partidos como SYRIZA, Die Linke, Podemos o MoVimiento 5 Stelle. O desde la más despiadada y conservadora derecha con Amanecer Dorado, Partido de la Libertad de Austria, FIDESZ, la Liga Norte Italiana o el Frente Nacional Francés (caso que analizaremos más adelante con su participación en últimas elecciones departamentales francesas). Todos ellos comparten, además de sus medidas y estrategias populistas, un notable odio a la Libertad.

¿Pero que es el populismo? Esta es quizás una de las preguntas más ambiguas dentro de la Ciencia Política y a la vez una sobre las que más se ha escrito al respecto. Pero dejando de un lado toda esa extensa literatura quiero remarcar un par cosas sobre el populismo que creo que no se señalan lo suficiente. El aspecto principal que comparten todas las medidas populistas es que todas quieren más Estado e intervencionismo por parte de éste. No existe populismo, a la derecha ni a la izquierda, que no pretenda ampliar los poderes del aparato Estatal. La otra es que el populismo siempre necesita una base de malestar social para triunfar . Si juntamos ambas dos tenemos una espeluznante contradicción. El pueblo elige gobiernos populistas con la esperanza de que, ampliando el poder de sus gobernantes, se arregle el malestar social que ellos mismos generaron a través de sus políticas y de su poder. Esta forma concreta de demagogia, es populismo. El despotismo del Siglo XXI.

El último ejemplo donde hemos visto que el populismo no agacha la cabeza está en las últimas elecciones departamentales francesas que concluyeron este domingo. Unas elecciones que los expertos han señalado que se votaría en clave estatal y que han estado repletas de cambios respecto a sus predecesoras. La reducción del número de cantones[1], la introducción de un binomio en cada una de las candidaturas que tienen que ser necesariamente un hombre y una mujer, y la elección de casi todos los departamentos de manera simultánea; cuando anteriormente era con una renovación del 50% cada tres años. También se recurrirá a una segunda vuelta siempre y cuando una de las candidaturas no consiga el 50% de los votos y más de la cuarta parte de los inscritos en su censo.

Con todos estos cambios los claros ganadores han sido la coalición conservadora de centro-derecha, liderada por Sarkozy y su UMP, y la extrema derecha con el Frente Nacional de Marine Le Pen.[2] Los primeros porque se han hecho con la presidencia de unos 40 departamentos, que junto con los otros partidos de la derecha, DVD y UDI, aglutinan 66 departamentos. Para el FN sus resultados son agridulces. No paran de mejorar sus resultados electorales cada vez que se celebran elecciones pero tampoco consiguen el poder suficiente para poder implantar sus políticas. Ha sido un fracaso para esa formación no hacerse con el gobierno de ningún departamento, pero no se puede dejar pasar por alto que sido el partido más votado en la primera ronda y el segundo más votado en la segunda. Además la reforma electoral no les favorecía y el resto de la derecha se ha aliado para hacer este fracaso posible. Pero es muy preocupante el auge de este partido y la cantidad desorbitada de votos que consigue. Francia a basculado a la derecha esta vez, pero más de uno se ha pasado de frenada.

Tampoco es especialmente alentador que un partido tan conservador y anclado en establishment como UMP se alce con una victoria tan contundente, como tampoco lo seria si el PS francés hubiese repetido resultados. Si algo bueno podemos decir del populismo es que está removiendo la arena política en todas las direcciones, pero es preocupante ver como todavía no se introducen alternativas puramente liberales frente al socialismo y al conservadurismo. Y que los únicos que consiguen hacerse un hueco en el panorama político actual,  a través de prometer soluciones rápidas y fáciles, sean fuerzas populistas. Hacen falta partidos que lleven en sus manifiesto político tanto el liberalismo económico como el social. Porque ya hemos visto el uno sin el otro tampoco funciona.

Hace unos meses, en unas elecciones generales anticipadas, asistíamos a la victoria de SYRIZA en Grecia. Hace algo menos de tiempo, a la introducción de Podemos en la junta de Andalucía. Y ahora en Francia, el más temido populismo de derechas también está llegando.

[1] Prácticamente reducidos a la mitad. Esta ley referente a la “Nueva Organización Territorial de la Republica” no será aprobada finalmente hasta que se formen los nuevos gobiernos departamentales, pese a haber sido aprobada ya en el Congreso y en el Senado.

[2] http://elections.interieur.gouv.fr/departementales-2015/FE.html


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