«Un thriller periodístico y una apasionada crítica al sensacionalismo mediático narrados con una franqueza sobrecogedora»
Creo que las casualidades no existen y lo digo porque la mañana anterior a la entrevista con Berna González Harbour y escuchando en la radio el programa de Pepa Fernández en Radio Nacional coincidió con una entrevista al periodista Manuel Campo Vidal y dijo una frase que en el fondo no me sorprendió: “Hoy día prima más la velocidad que la veracidad”. Creo que esta afirmación viene muy al caso de la novela que hoy nos ocupa pues El pozo es un thriller que reflexiona sobre el mundo del periodismo y critica ferozmente el sensacionalismo mediático a partir de la recreación ficcionada de un caso que monopolizó la atención mediática española como fue el caso de Julen en Totalán en 2019.
La nueva novela de Berna González Harbour es un thriller periodístico, una apasionada crítica al sensacionalismo mediático narrados con una franqueza sobrecogedora.
La protagonista es Greta Cadaqués, una reportera de televisión, enviada a cubrir el caso de una niña que ha caído en un pozo a las afueras de Madrid. Mientras no deja de pensar en un juicio al que tiene que asistir como jurado popular, su cámara, Juan Quatremer, y su jefe, un hombre ávido de audiencia, la apremian a sacar a la luz todos los detalles del caso del que el país entero está pendiente.
Aunque pronto descubrirá que las intenciones de ambos hombres son muy distintas: Juan pretende cubrir el suceso de la forma más rigurosa posible, pero su jefe la coaccionará para que consiga las exclusivas más impactantes, aunque eso signifique difundir noticias falsas. Greta deberá enfrentarse a una encrucijada personal y profesional que la llevará a cuestionarse el papel de los medios de comunicación y los límites éticos de su trabajo.
“La verdad puede ser muy relativa en función de quién la mente
y lo que quiera conseguir con ella”
Porque los grandes despliegues informativos se pueden llenar de morbo, de basura, de especulaciones, de ángulos excéntricos, de exageraciones, de postureo y de protagonismo de los propios narradores, y no de las víctimas; pero también de noticias, de avances, de datos que permitían profundizar, comprender.
La verdad puede ser muy relativa en función de quién la cuente y lo que quiera conseguir con ella, también el periodismo.
La protagonista de esta novela tiene muy claras las reglas de supervivencia en este oficio:
- Primera regla: uno vale lo que vale su última crónica, a la que hay que restarle los días transcurridos, las incógnitas que abre y las crónicas de los demás.
- Segunda regla: en la relación con las fuentes, esto es lo que funciona: tú ganas, yo gano.
- Tercera regla: volver al campamento base, el bar, el lugar donde se reconstituyen todas las alianzas entre periodistas, bomberos, buscavidas y torreznos tras las batallas del día, algo obligatorio en plena crisis.
- Cuarta regla: descubrir, no ser descubierto. Venir a contar, no a ser contado. La regla definitiva. La más difícil. La que se incumple.
Greta Cadaqués hace lo que le gusta: coberturas en directo. Droga dura. Adora la última hora, los sucesos, la improvisación, las exclusivas y por encima de todo nada más adictivo que desentrañar realidades que no están a la vista, las que alguien prefiere ocultar. «Si además lograbas un pico de audiencia, el día estaba arreglado. El pique constante al que la sometía el jefe era parte de ese juego. Adicción es adicción.»
La noticia o la nada. Y en esta novela la nada no solo es el fracaso del rescate, sino de las noticias en sí. Del Periodismo en mayúsculas.
«Nada era no tener novedad, no alcanzar a la niña. Pero nada es también entrevistar a gilipollas, entretener a la audiencia, fantasear con el público en teorías de la conspiración, pasar el rato dando zarpazos al ratón medio muerto que era la familia de la niña, como si el público fuera un gato gordo y aburrido que matara por jugar, no por comer. Nada era mucho peor que meterse las manos en los bolsillos y esperar la noticia. Mucho peor que la responsabilidad. Mucho peor que aburrirse en lugar de entretenerse. Nada era caer en el pozo para que muriera no la niña, sino el periodismo.»
Tengo una nota de la autora titulada «Periodismo, ¿por qué?» que reproduzco a continuación.
“Hay muchas razones para ser periodista: casualidades, pasión por escribir y por contar historias, y por volar y escapar. Estas son las grandes razones que hacen del periodismo una profesión suprema. Por eso, por ese torrente de vocaciones, impulsos y ambición de contar, este libro no es un ataque al periodismo, sino un homenaje al periodismo de verdad.
Mientras escribía mi nueva novela El pozo, que nació como una crítica frontal al sensacionalismo, me fue creciendo además la reconciliación con la belleza de nuestra profesión, con la vocación, con la entrega que requiere y con la causa de la verdad si se lleva a cabo debidamente. Ese es el valor de nuestro oficio. En mayúsculas. A veces hay que analizar lo feo, lo que nos hace daño, para redescubrir lo bueno, lo genial de una profesión que nos conecta ferozmente con la realidad; y que —vosotros lo sabéis mejor que nadie— es esencial para una sociedad libre e informada. A algunos os pregunté por qué elegisteis el periodismo y de vuestras respuestas también aprendí. Como lo harán los lectores.
Espero que os guste. Espero que abra debates. Y espero que nos encontremos en ellos.”
Un pequeño detalle que me ha gustado de la novela es que un personaje clave de su anterior novela (El sueño de la razón, 2019) como es Goya vuelve a aparecer en esta pero no ya como pintor, sino como periodista pues cuando Greta junto a Daniel observan en el Museo del Prado las pinturas negras, Daniel le espeta:
—Esto es periodismo, Greta. Goya era periodismo. ¿O qué es periodismo sino buscar, mirar y descubrir la realidad?
—¿Tú crees que estamos buscando la realidad? ¿O estamos buscando la audiencia mientras creamos otra realidad? [Pág. 241]
Creo que Berna González Harbour nos deparará más alegrías gracias a su admirado Francisco de Goya y Lucientes.
Lee y disfruta de las primeras páginas de la novela.
La autora:
Berna González Harbour es premio Dashiell Hammett 2020, que concede la Semana Negra de Gijón a la mejor novela del género en español, por su anterior novela, El sueño de la razón (Destino, 2019). Creadora de la comisaria Ruiz y una de los «nueve novísimos» de la literatura española negrocriminal según Paco Camarasa, fue finalista del mismo premio en 2018 con Las lágrimas de Claire Jones (Destino) y es premio José Estrañi 2020, premio de los libreros de Cantabria 2018 y miembro de varios jurados literarios. También es periodista, analista política y colaboradora cultural. Es subdirectora de El País, donde ha sido editora de Babelia y enviada especial a numerosos países en conflicto. Conduce el programa sobre libros «¿Qué estás leyendo?» y participa en la tertulia de «Hoy por hoy», en la Cadena Ser.
El libro:
El pozo ha sido publicado por Ediciones Destino en su Colección Áncora & Delfín. Encuadernado en rústica con solapas, tiene 302 páginas.
Cómpralo a través de este enlace con Casa del Libro.
Como complemento pongo un vídeo en el que Berna González Harbour nos habla de su novela El pozo. La entrevista y grabación del vídeo la realizamos en la estupenda librería Velázquez del Paseo de Extremadura en Madrid que tan bien dirige Laura Velázquez.
Para saber más:
https://twitter.com/BernaGHarbour
https://www.facebook.com/bernagonzalezharbour
Berna González Harbour en Wikipedia.