Algunas veces ya hemos hablado de récords, pero el de hoy es seguramente uno poco habitual: se trata del pozo más profundo de la Tierra, pero no profundo por mérito de la geología, sino perforado por el ser humano (o más bien por sus máquinas): alcanzó nada menos que 12 Km. por debajo de la superficie terrestre, casi una vez y media la altura del Everest.
El pozo se encuentra en la península de Kola, en el noroeste de Rusia, cerca de la frontera con Noruega. Se trataba de un proyecto soviético con el objetivo de realizar mediciones que permitieran entender el funcionamiento de la corteza terrestre, así como de comprobar la existencia de yacimientos de metales.