A Mariluz, in memoriam
La mañana era tu cárcel
atrapada entre barrotes sin sentido,
en el desahucio de tu vida
luchabas contra ti misma
entre soldados traidores de amor,
y en tu corazón, latían desbocados
los sentimientos que no escatimabas
para otros, pero que te negabas para ti.
Fuiste fuerte, pero frágil,
grande, pero diminuta
en un mundo devorador,
tus espinas clavadas demasiado hondas
desangraban la esperanza en tu alma,
y lo hiciste.
La libertad era necesaria
pero su precio fue exorbitado
y el dolor que dejaste en tu muerte
solo es comparable al amor que diste en vida
y nadie valoró.
ojalá una sola lágrima borrara todo tu dolor sentido
y el nuestro de haberte perdido
para siempre.