Revista Sociedad
En Madrid ha habido una polémica campaña de publicidad sobre el precio del billete del metro. En los carteles se establecía una comparación entre el precio del billete sencillo en varias capitales. La crítica venía de tres partes. Por una, se dan los datos de las ciudades con billetes más caros, cuando hay otras con billetes más baratos. Por otra, se comparan servicios distintos (redes más o menos tupidas y billetes con distintos usos). La tercera se refiere a no considerar que, tal vez, esos países con billetes más caros tienen también salarios mayores.
No voy entrar en esas polémicas, que puede uno ver discutidas en otros sitios, pero sí que usaré el ejemplo para discutir un par de cosas.
Primera: ¿Cómo de relevante son los salarios para decir si el billete de metro es caro o barato? Parece extendida la idea de que si en España los salarios son, digamos, un 80% de cómo son en otro país, los precios de las cosas también tienen que ser un 80% de lo que son en ese otro país.
No es así. Si España es más pobre que otros países no puede ser que se pueda acceder a las mismas prestaciones que en otros países. Si somos un 80% más pobres que otros, tendremos acceso a un 80% de lo que acceden los otros. No hay tutía. Acaso los bienes y servicios que sean intensivos en trabajo y que no sean fácilmente exportables serán más baratos, pero aquellos que sean intensivos en capital o que sean fácilmente exportables tendrán un precio bastante homogéneo entre países.
Segunda: ¿Y el caso del metro? Es poco exportable y es intensivo en capital y energía. Me temo que ninguna comparación de billetes dice mucho. Un buen análisis debe empezar por mostrar cuánto logra descongestionar la ciudad y a qué coste y qué otras alternativas hay. Si Londres consigue descongestionar su centro imponiendo un pago por entrar a él, el precio del metro puede muy bien reflejar su coste real, porque la descongestión recae sobre esa otra medida. Si en Madrid no nos atrevemos a cobrar por entrar al interior de la M-30 o a hacer el combustible más caro, pues el metro tendrá que hacer el trabajo de descongestión que no se hace con otras medidas. El que sea más barato tal vez sólo sea indicación de que estamos subvencionando mucho el transporte público porque el privado lo seguimos haciendo más apetecible de lo que debería ser.