Lentamente, tras las elecciones primarias, el dólar blue venía escalando centavos día a día. El martes subió dos centavos, y quedó en $ 8,97, a las puertas de los 9 pesos. Y esa barrera fue quebrada ayer, cuando el paralelo llegó a $ 9,04, con picos de $ 9,10 en algunas cuevas.
La posibilidad de anuncios por parte del Gobierno ayer en Río Gallegos, el embate contra LAN, los temores a que después de las elecciones de octubre haya más presión sobre el paralelo se transformaron en condimientos que impulsaron la demanda, que sigue buscando resguardar sus ahorros en moneda dura, aunque sea de manera ilegal.
La marca de los $ 9 es clave porque es la que estuvo mirando Guillermo Moreno. Tras la derrota que sufrió el Gobierno en las primarias, el secretario de Comercio había advertido a los cueveros que congelaran el billete y amenazó con represalias si volvía a tocar los $ 9. El viernes de la semana pasada, cuando la demanda se recalentó y el paralelo alcanzó ese valor, hubo llamados de funcionarios para desalentar las transacciones.
La brecha entre el paralelo y el dólar oficial subió a 61,3%, ya que el billete que operan casas de cambio y bancos se ubicó en $ 5,61, medio centavo más que ayer. El Banco Central salió a vender unos US$ 30 millones de sus reservas para dar liquidez al mercado. - El Clarin.