Revista Salud y Bienestar
Seguramente ustedes habrán oído hablar de RyanAir: ya saben, esa compañía de vuelos low-cost. Quizás incluso hayan tenido el gusto de viajar con ellos.
En ese caso, habrán sufrido en sus propias carnes la estricta política de ahorro que sigue esta compañía. Yo nunca me había parado a reflexionar mucho sobre ella; pero la otra mañana, en el autobús, mientras leía lo que había escrito Julio Bonis sobre RyanAir, tuve un extraño cruce de ideas.
Resulta que la compañía irlandesa hace periódicamente un concurso entre los empleados de la compañía. En este concurso, se premia al empleado que aporte una idea simple que permita evitar un gasto existente a la empresa. Por ejemplo, este año ganó la idea de eliminar las papeleras de las mesas de las oficinas, favoreciendo el reciclaje.
El proyecto de RyanAir me pareció sensacional, porque no sólo sirve para motivar a los trabajadores en el ahorro, sino que además da voz a los que normalmente permanecen callados y, ¿quién sabe mejor cómo ahorrar que aquel del que depende directamente el gasto?
Así que yo, ni corto ni perezoso, me animo a lanzar desde este humilde sitio un concurso similar al de RyanAir. Desde este momento, creo el Premio "Avión de papel" al trabajador sanitario más austero.
Les animo a todos ustedes a que aporten su propia idea, puesto que no estaría mal hacer una colección de trucos para permitir un ahorro fácil en salud.
Y como yo no iba a ser menos, comienzo dando mi propia propuesta:
"Configurar todas las impresoras del centro sanitario para que, por defecto, impriman a doble cara".
Foto: Trofeo del premio "Avión de papel" al trabajador sanitario más austero.