El premio de Emery

El Sevilla consiguió, en la noche de ayer, clasificarse para otra final de Europa League en un emocionante partido disputado en Mestalla, con resultado de 3-1 a favor de los locales, insuficiente para compensar el 2-0 que se traían los sevillistas en la ida. Este resultado fue especial, sin duda, para el entrenador visitante, Unai Emery.

El técnico donostiarra cuenta con una amplia experiencia en banquillos españoles, no en vano debutó como entrenador en el 2004, con el Lorca Deportiva, sin embargo, no había podido conseguir jugar ninguna final ni con el propio Lorca, ni con el Almería, ni con el Valencia, donde jugó varias semifinales, ni en su breve andadura en el fútbol ruso. Los mayores éxitos que había conseguido hasta ahora habían sido un ascenso a Liga BBVA con el Almería y clasificar al Valencia para Champions League en sus tres campañas en el levante español.

Precisamente en este conjunto vivió su mejor época, pero dejó un sabor agridulce a su marcha. La afición reclamaba que estuviera más cerca del duopolio Barça-Real Madrid, que su juego fuera algo más vistoso y que no fallara en los partidos importantes. Este último aspecto le lleva persiguiendo casi un lustro. Se trata de un entrenador con buenos conocimientos tácticos pero que, parecía bloquearse cuando se trataba de jugar un partido decisivo, ya fuera contra uno de los 2 grandes del fútbol nacional o en rondas eliminatorias de competiciones de copa.

Este año ha estado a punto de pasar, en 2 ocasiones, el Betis ya le remontó un 0-2, aunque los sevillistas acabaron pasando por penaltys. En Mestalla la historia ha sido similar, al borde del colapso, un salvador gol de M’Bia en el descuento ha sentenciado la eliminatoria a favor del club hispalense. Parece que la maldición de Emery puede estar cercana a evaporarse pero para ello tendrá que dar continuidad a otra maldición la de Guttman, que persigue al Benfica desde hace 50 años y que, si hacemos caso a las palabras del mítico entrenador, perdurará durante 50 años más.

Si Unai consigue espantar a los fantasmas y ganar la Europa League, se convertiría, definitivamente, en uno de los mejores entrenadores de la actualidad en España, este título le volvería a dar reconocimiento internacional. Termina contrato en junio y todavía no se ha sentado con Monchi para tratar el tema de su renovación. Sin duda, el título le abriría el horizonte, supondría un punto de inflexión en su carrera, quizá pudiera hasta optar a un equipo de Champions en vez de continuar en Sevilla. Una derrota, por el contrario, volvería a poner en duda la capacidad del donostiarra de afrontar grandes retos y obligaría, en el caso de ofrecérsele, prácticamente a renovar por el Sevilla, pasando una temporada más alejado de la máxima competición continental.