Es normal que los padres se preocupen por sus hijos, es normal también que si tu hijo tiene una orientación sexual que no es la “normal” no te quedes con el cuerpo tranquilo. La sociedad suele golpear al que es diferente, no es lo mismo ser el niño que crece rápido y tiene una gran vitalidad física que el ñicris de gafas que le gusta estudiar pero que no aguanta ni media torta. Los niños en el colegio son crueles, muy crueles, pero al final la adolescencia pasa como un torbellino sobre todos y los coloca en su lugar. La adolescencia de un niño homosexual puede ser un verdadero infierno, desde la no aceptación, pasando por el rechazo de sus compañeros. No lo he vivido pero sí que he vivido una infancia llena de tópicos machistas, de golpes cuando mostrabas un simple signo de debilidad o de sensibilidad, y me puedo imaginar lo dura que puede ser la adolescencia de algunos chaveles y chavalas que sienten que les gusta las personas de su mismo género.
Como padre, seguramente me preocuparía que mi hijo fuera homosexual porqué sabría que lo iba a tener, sobretodo en sus primeros años, las cosas un poco más difíciles. Pero hasta ahí. Lo mejor que puede hacer un padre es aceptar a su hijo como se siente y apoyarle, ayudarle a aceptarse y estar orgulloso de sus hijos. Aceptar a los novios o novias de sus hijos homosexuales de la misma manera que lo haría con un hijo heterosexual (preocuparse si el novio es un pintas y un tipo de mala compañía, como haría cualquier padre), y no como si fueran una pareja de adolescentes degenerados.
Entiendo la preocupación de algunos padres porqué sus hijos sean “normales” y puedo entender que algunos padres, incluso, les cueste aceptar la homosexualidad de sus hijos. Pero de ahí al reeducamiento emocional va un paso, gigantesco. Este paso parece que lo han dado los premiados de esta semana con el premio “Tonto a las tres”, los señores Nicolosi (Linda y Joseph), que han elaborado un bonito manual para prevenir la homosexualidad.
Como si la homosexualidad o la orientación sexual fuera una enfermedad o un accidente y puedas tomar medidas preventivas (de hecho las únicas medidas que a mí se me ocurren para prevenir mi heterosexualidad serían de caracter cohercitivo). Ten cuidado niña que no te gusten las tetas lo mejor es ponerte la bufanda antes de salir de casa, tomar leche caliente, y llevar el aparato de electroshock para aplicártelo cada vez que le mires el culo a tus amigas.
Estos lumbreras de la educación y la preocupación paternofilial deberían dedicar más esfuerzos en intentar entender más a la gente que no piensa, siente, o tiene la misma identidad sexual que ellos en vez de preocuparse de prevenir lo que no es una enfermedad, sinó la orientación sexual que tiene cada uno y que no escoge.
Mañana el matrimonio Nicolosi publicará el manual de cómo evitar que su hijo salga moreno, o con ojos azules. Lo guay es que la cadena COPE hasta hace poco adalid de las “libertades” (según Jiménez Losantos) sea la que también promueva estas estupideces dignas de un sistema totalitario.
El premio “Tonto a las tres” es un premio que se adjudica con el puro “animus iocandi” con la intención de mostrar gestos, ideas, propuestas o acciones merecedoras de la perplejidad pública. Está destinado a esas actuaciones con las que algunas personas nos sorprenden y nos hacen dudar de que seamos la especie más inteligente del planeta.
Todos cometemos errores, hacemos alguna tontería, o la cagamos. A pesar de ello algunos errores superan nuestros márgenes habituales de poder cagarla y es a los autores de estos que se les otorga el premio “Tonto a las tres” especialmente cuando no son conscientes de que lo que han hecho es digno de tal premio.