Su sueño podía dar un salto enorme de conseguir la mayoría absoluta, ya que no le bastaba con ganar, cosa que daba prácticamente por confirmada, sino que necesitaba arrasar con una mayoría suficiente para demostrar al Estado que la población catalana confiaba en él y tenían sus mismas ideas.
Revista Opinión
Aquel día se levantó temprano como de costumbre. Estaba ante uno de los días más importantes de su vida. Había echado un órdago muy fuerte al gobierno y sobre todo a sus electores, un órdago y una promesa que únicamente podría cumplir si ganaba las elecciones con mayoría absoluta.