El presidente de Colombia equipara el crecimiento de la ultraderecha al auge de Hitler hace casi un siglo.
Gustavo Petro, presidente de Colombia, se pronuncia sobre los resultados de las elecciones autonómicas y municipales celebradas en España el pasado domingo. El dirigente, que hace pocas semanas visitó Madrid, compara el ascenso de Vox con el auge de los nazis en los comicios federales de Alemania hace nueve décadas. “Es Alemania 1933”, afirma Petro en Twitter, tras conocer que la derecha y la extrema derecha escalaron en casi todos los territorios del país. El líder del Ejecutivo colombiano utiliza este símil para responder a un mensaje previo publicado por la senadora ultra, María Fernanda Cabal.
Cabal, que forma parte del partido Centro Democrático, fundado hace diez años por el exmandatario colombiano Álvaro Uribe, celebró públicamente la subida en número de votos de la formación que encabeza Santiago Abascal. “El crecimiento de Vox deja claro que la defensa de la familia, de los principios, valores y libertades es el camino”, escribió en sus redes sociales. La senadora participó hace unos días en un mitin de Vox y se hizo viral con un discurso profundamente clasista y antifeminista. “Los pobres pueden salir de la pobreza si trabajan”, afirmó Cabal durante un acto en Guadalajara. Lo cierto es que en su país hay más de un 30% de la población que vive en condiciones de pobreza y el 15% está en riesgo de exclusión social. La simpatizante del partido ultra también aplaudió que España, tras la debacle electoral de la izquierda, “se liberara del socialismo”.
La afirmación de Petro cobra especial relevancia si se tiene en cuenta que cuatro comunidades autónomas podrían tener vicepresidentes de Vox durante la próxima legislatura. El PP de Feijóo necesita pactar con la ultraderecha para hacerse con los gobiernos de País Valencià, Aragón, Extremadura e Illes Balears. Entre los candidatos, elegidos en las urnas, se destapan perfiles de lo más radical: un condenado por violencia machista, un negacionista climático y un reconocido detractor de las lenguas cooficiales.