La gran noticia de 2020 fue, sin duda, el fraude electoral que cometieron los demócratas. Este 2021 ha arrancado con el fraude en pleno apogeo para colocar a Biden en la Casa Blanca. El Estado Profundo, el establishment, los medios de comunicación y las grandes empresas tecnológicas y las redes sociales participan de este colosal fraude para quitar a Donald Trump la presidencia. Un robo electoral en toda la cara de los ciudadanos, que asistimos a este bochornoso espectáculo de la izquierda que controla el Partido Demócrata actualmente y los medios generalistas.
El año ha empezado con el golpe de estado en el Congreso para impedir que los congresistas y senadores objetaran la certificación de los estados en disputa por el fraude cometido en ellos. El asalto al Capitolio apenas es una anécdota en medio de este fraude, el auténtico ataque a la democracia. Cuando los medios sigan con su narrativa falsa, responsabilizando a Trump de algo en lo que no tiene culpa, recuerde que los disturbios en el Capitolio fueron tan "peligrosos" para todos los estadounidenses que en realidad murieron cuatro partidarios de Trump y que un veterano desarmado fue disparado a quemarropa por una de esas mismas personas que quieren abolir la Segunda Enmienda y quitarnos nuestras armas porque piensan que no tenemos derecho a la defensa propia. Déjenme decirles que ese asalto al Capitolio es una broma comparado con lo que puede suceder si los patriotas nos levantamos en armas de verdad para limpiar el pantano de corrupción de Washington D.C. y de la política nacional y empresarial. Ese asalto apenas ha sido una romería. Un toque. Un aviso. Una llamada de atención.
Después de que el Congreso certificara el fraude de Biden, ha llegado la censura brutal a Trump y sus apoyos en las redes sociales, como Twitter, Facebook, Instagram, etc. De hecho, ya estaba censurado en los grandes medios, que han manipulado durante estos años todo cuanto ha dicho y hecho el presidente. Ahora, la censura se amplía de forma brutal.
Los corruptos que han cometido el fraude electoral y el robo de la presidencia están tratando de evitar que Trump divulgue información porque saben que los tiene agarrados a todos por donde más les duele. ¿Por qué se esfuerzan tanto por cortar sus líneas de comunicación con los ciudadanos? Porque saben que dice la verdad, con hechos y pruebas, y quieren silenciarlo. También quieren censurar a sus colaboradores, aliados y a cualquier ciudadano que lo defienda públicamente. La purga ya está en marcha, pero esta guerra no ha hecho sino empezar y no la van a ganar. Trump tiene de su lado la verdad y a algunos de los mejores patriotas y estrategas. Trump ha atrapado a todos los corruptos y traidores que han participado en el fraude alguna manera. Y déjenme decirles que no va a acabar bien para esa gentuza.
No faltan voces alrededor del presidente Trump, que no olvidemos que es el presidente legítimo de Estados Unidos, elegido por mayoría abrumadora con los votos legales, que defendemos medidas más firmes y urgentes, desde el ámbito militar, para impedir que Biden acceda a la presidencia. Somos conscientes de que el establishment no está por la labor de permitir arrestos y enviar a los culpables a Guantánamo, como merecerían algunos, porque están podridos hasta la médula y son copartícipes del fraude, pero la resistencia que van a tener desde el interior de algunos sectores de la Administración, del Pentágono y de los servicios de inteligencia, será enorme y decisiva para recuperar el país de nuevo de las manos de los defraudadores. Esto se lo garantizo personalmente.
Si se pregunta si los miembros del Congreso pueden ser condenados por delitos graves, le diré que no son inmunes a un enjuiciamiento por un tribunal civil o militar. Muchos de ellos participaron en la certificación de una elección presidencial fraudulenta y otros delitos gubernamentales. No será extraño, pues, que terminen sus carreras políticas de una u otra manera: enjuiciados, expulsados por los votantes, tratados como traidores, etc.
Esa responsabilidad afecta también a los medios de comunicación y a los periodistas que participan en el encubrimiento del fraude y avalan con sus idioteces y noticias falsas a un presidente ilegítimo y fraudulento. De entrada, su credibilidad es cero, hagan lo que hagan y digan lo que digan. No sería de extrañar tampoco que muchos terminen en la cola del desempleo, en el desprestigio profesional y en el centro de las burlas ciudadanas ante su desfachatez y descaro por ocultar la verdad. Sólo un puñado de periodistas, a veces censurados y marginados por su propio entorno y medios, se salvan con dignidad. Y ellos serán decisivos en el futuro para contar las cosas tal y como han sido y como son.
Para quienes no quieren ver las pruebas del fraude y prefieren mirar hacia otro lado porque es más cómodo ir con la corriente principal mediática, déjenme decirles que se equivocan. Esto no se trata ya de Trump, sino de la libertad de expresión de todos. Si usted no acepta esas consignas izquierdistas, lo censurarán y lo discriminarán. Ya lo están haciendo. Esto se trata de defender la verdad frente a las trampas, los fraudes, las noticias falsas, la censura, el hostigamiento racial y social por su ideología, por defender la cultura de la vida frente al aborto criminal, por la defensa de la Segunda Enmienda, por la resistencia ante restricciones que erosionan las libertades civiles, la obligatoriedad de mascarillas en ámbitos en los que no son necesarias, es por un socialismo que pretende controlar las vidas de todos, por el rastreo de los ciudadanos por unos gobiernos omnipotentes... Esto se trata de salvar la república, la Constitución y los Estados Unidos, que el Partido Demócrata y sus aliados se ha empeñado en destruir tal y como lo conocemos.
Por eso más que nunca debemos luchar con Trump para levantarnos de nuevo y mirar hacia un futuro mejor con esperanza e ilusión. Ahora más que nunca debemos defender esa bandera de barras y estrellas que los demócratas han querido pisotear con su asalto al proceso electoral constitucional, unirnos más, levantar la cabeza orgullosos de estos cuatro años gloriosos de presidencia de Donald Trump, con agradecimiento sincero por tanto trabajo realizado por el bien de Estados Unidos; para combatir el socialismo con todas nuestras fuerzas con optimismo ilimitado para regresar más fuertes que nunca y hacer América Grande Otra Vez.