Antonio Guerra García de Celis es pediatra y su experiencia en la atención a niños le ha animado a escribir su segundo libro para que todos, mamás y abuelas, sean conscientes de la importancia que tiene el primer año de vida. La entrevista tiene un par de años, pero el tema nunca deja de ser actual.Este libro suyo se llama Cumplir un año. ¿Por qué ese nombre y por
qué el libro?
- Muy fácil. En mi actividad médica como pediatra palpo la angustia, el desconocimiento, los miedos de las madres que debutan como tal y las abuelas que, en la época que vivimos, han vuelto a ejercer como madre y a veces no recuerdan cómo criaron a sus hijos. Pues bien, este libro está escrito con un solo objetivo: ayudarles, especialmente a ellas, asesorarlas en ese primer año de vida de su hijo que es cuando se le plantean todas las dudas.
- ¿Es verdad que el primer año de vida marca de una manera brutal la vida de un niño? Se lo pregunto porque en esta sociedad tan dinámica, tan cambiante, lo que antes era una verdad incuestionable, va y se desmorona años después con otros hallazgos.
- Nadie duda de que así es. En mi opinión son doce meses cruciales que marcarán su desarrollo posterior como persona. Los cuidados generales del recién nacido, su alimentación, etc., son importantísimos en esa edad porque hay que tener en cuenta algunas cosas que pasan desapercibidas, por ejemplo, cuando la madre llega a su casa con su bebé debe tener en cuenta que la habitación esté ventilada, con una temperatura de 24 grados, evitando los muñecos de peluche, el polvo y el no exponerle al humo del tabaco, etc. En fin, cosas que tienen gran importancia y que con este libro sólo pretendo recordarlo o informar a los que no lo saben.
- Pasa hoy con los bebés que las madres son tan jóvenes que creemos que no manejan situaciones y sí que lo hacen, ¿es así?
- Lo hacen muy bien y son madres responsables, aunque como en todas las cosas de la vida hay casos, pocos, que no están en esa línea. Pero mire, a quien creo que habría que hacerle un monumento es a las abuelas; a mi consulta vienen muchas mujeres que por su edad tendrían que estar en otras cosas y, sin embargo, cuidan de dos o tres nietos para que su hija puede ir a trabajar. Esas mujeres son admirables y merecen un respeto tremendo. Ellas sí saben cuidar a los niños, pero también se asustan cuando sus nietos lloran porque ya no recuerdan qué les pasaba con sus hijos.
- El prólogo de su libro es de Víctor Pérez Candela, otro médico, éste radiólogo. Él dice que su libro pretende preparar al niño frente a los gérmenes más habituales y, a su vez, destaca la labor didáctica del texto cuyas ilustraciones de Antonio Santana lo hacen muy cómodo.
- Mi reto diario ha sido tratar la salud de los niños y a lo largo de mi vida profesional he ido descubriendo y aprendiendo cada día algo más de lo complicado que es diagnosticar a un niño. Un día me dije de qué manera podía ayudar a las madres que vienen a la consulta, y la respuesta es este libro. No se trata de un libro científico y sí de unos textos basados en mi experiencia; no hago más que ponerlo a disposición de las madres para que los conocimientos que adquieran los vuelquen en sus hijos.
- Hay un momento en la vida de un bebé que todas las madres primerizas viven con pánico. Hablo de ese llanto, ese berrido incontrolado e inesperado en que todas las madres del mundo creemos que nuestro hijo se muere. ¿Por qué llora tanto y con tanta frecuencia un bebé?
- El llanto de un bebé es algo relativamente frecuente; el niño llora y está irritable. Es verdad que esa situación crea mucha angustia en los padres y el primer paso es salir corriendo para urgencias. La desesperación que produce ese llanto les desborda aunque luego, en la inmensa mayoría de las veces, no guarde relación ese llanto con lo que de verdad les pasa. Algunas de las causas de ese llanto suelen estar en un cólico, en el hecho lógico de que el bebé tenga hambre, le duela los oídos, tenga gases, etc. Pero es lógico que los padres se asusten, pero hay que saber controlar esos momentos.
- Aborda en su libro los accidentes, la importancia de saber prevenir sucesos, a veces de consecuencias trágicas.
- Especialmente las caídas desde alturas, ahogamiento y las intoxicaciones. Estas incidencias suelen producirse casi siempre dentro de las casas. Por eso los padres deben tomar todas las precauciones. Hay que tener muy en cuenta que el niño está todo el día moviéndose, descubriendo, y eso es riesgo.
Desde | La Provincia
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