Quien siga habitualmente las aventuras de este policía que desarrolla casi todo su trabajo en el imaginario pueblo de Vigatà, en la profunda Sicilia, no puede dejar de leer estos relatos, que se apartan un tanto del argumento habitual de sus novelas, aunque con el mismo tono irónico y divertido con el que Camilleri nos enseña la vida. Visión en la que juegan un destacado papel su profundo afecto por Sicilia (algunas descripciones provocan un inmediato deseo de irse ya) y una inquebrantable devoción por la comida.
Tres casos sin cadáver (humano) : Siete lunes, la insólita búsqueda de un asesino...de animales cada vez más grandes, pleno de humor. El primer caso de Montalbano, que da título al libro, en que descubrimos al policía que ha sido su maestro, y a un hecho de suma trascendencia: el primer encuentro con la hosteria San Calogero, el templo en que iremos saboreando (literalmente) la cocina siciliana. . Y el tercero y más complejo, Regreso a los orígenes, en el que mientras resuelve un secuestro express reflexiona sobre literatura y sobre las nuevas formas de la mafia. Y probablemente un poco sobre la Italia entera.
Como cada vez que termino uno de sus libros, que como soy lector caótico van sin orden ni concierto, termino con dos sensaciones: Una, la de zamparme otra de sus novelas de inmediato. Y la otra, con un hambre de carallo.
