¿Que si recuerdo nuestro primer encuentro?, como olvidarlo.
Era una noche calurosa, la recuerdo bien.
Caminaba atormentado por una ciudad ya nocturna, cuando tuve el impulso de saborear un jugo de naranja.
Una melodía muy serena provenía de un bar a unos metros de donde yo estaba parado.
Ya frente al sitio, mire un letrero que decía “La Clave”
Recuerdo que me pareció bastante curioso ese nombre.
Dentro, el clima era bastante sereno, con una vibra muy libre.
“Un jugo de naranja natural, por favor” le dije al cantinero.
Sentado en la barra, comencé a inspeccionar a las personas que me rodeaban.
Algunos bailaban, y otros pocos estaban sentados contra los oscuros ventanales.
El sumo llegó pronto a mis manos y, mientras daba mi primer sorbo, te vi.
Estabas sentada sobre un sofá, sola, alejada del resto.
Tus labios carnosos, cada tanto, se mojaban en una copa de vino.
Un vestido negro te cubría, y en los pies, zapatos abiertos hacían juego.
Sentí ansiedad de pronto.
Ya no se trataba solo de observarte varias veces, algo en mi quería comunicarse contigo.
Me daba miedo aventurarme hasta ti.
“y si me rechaza? ¿Y si esta con alguien más?” pensé en ese momento con sufrimiento.
Fue entonces donde dispuse un pequeño periodo de estudio.
Al rato, mi análisis había dado frutos.
Nadie vino, y nadie parecía venir…estabas completamente sola.
Ahora solo me quedaba la opción del rechazo, la cual, por alguna extraña razón, había perdido peso y, por el contrario, me sentía muy animado para entablar una conversación contigo.
El epílogo de una canción me dio el pie justo para levantarme de la barra y caminar directamente hacia ti.
Cuando llegué al sofá, me senté bajo tu atenta mirada.
Como olvidar esos grandes ojos. Eran ojos piadosos y nobles…parecían estar gritando.
Recuerdo haber visto mucho dolor en tu mirada, pero era un dolor que podía sanar, era un dolor que podía convertirse en pasajero.
Largo rato pasamos sin decir una palabra, mientras nuestros ojos hablaban.
Nuestras miradas se comunicaban a una velocidad increíble, como si hablaran el mismo lenguaje.
En un momento, no pude resistirme a mirar como tus cortos cabellos le daban la armonía perfecta a tu bonito rostro.
Tú también tuviste una distracción, pero con mi boca.
Tu suave perfume me hizo volver a los ojos.
Ahora podía ver otras cosas, cosas nuevas en tu mirada.
Podía sentir un amor muy poderoso contenido en tu corazón.
Podía sentir también un deseo furioso de romper cadenas, ansias de libertad.
Realmente estaba viajando dentro tuyo mediante tus ojos, hasta que, sin que me diera cuenta, tu mano llego a la mía.
En ese instante volví al sofá, volví al momento.
En tu rostro, había una sonrisa delicada.
Era una expresión honesta. Estabas fortaleciendo el vínculo que habíamos estado construyendo.
Me acerqué a ti, me puse muy cerca.
No quería dejar de mirarte a los ojos, pero tus labios me pedían atención.
Note que habías abierto un poco la boca, de una manera tan sutil que mis labios no pudieron resistir.
Ese pequeño momento, se convirtió en un hermoso y largo beso.
Un beso que no hablaba de cosas superficiales, un beso sin disfraz.
Mientras nuestros labios jugaban, la gente, el bar y hasta la ciudad parecían haber desaparecido por completo.
Al rato, sin romper el clima que teníamos, nuestras bocas se separaron y, justo ahí, te lanzaste sobre mí en un fuerte abrazo.
Me recuerdo muy feliz, cobijándote con mis brazos.
“¿esto es real?” me pregunté en más de una ocasión.
Todo parecía tan hermoso… incluso el mundo parecía ser un lugar justo.
Tu energía iba cubriéndome y yo cada vez me sentía mejor.
Recuerdo como tu cuerpo pequeñito, me llenaba de calor y vida.
Nunca fui una persona de certezas, pero estaba totalmente seguro de que este iba a ser el nacimiento de un gran amor…nuestro amor.