Revista Belleza
Hay muy pocas fragancias que me gusten a primer "olfato". Soy un rara avis de las fragancias que se deja seducir por los aromas potentes, envolventes y con personalidad, o bien me voy al lado opuesto y me enamoro de fragancias frescas e infantiles, cuya permanencia es casi un suspiro. El nuevo perfume de Azzedine Alaïa pertenece a ese primer grupo y no sólo por un frasco que lo hace un verdadero objeto de deseo sino por la personalidad que impregna cada una de sus notas, sobre todo las "animales".
"No es un perfume, sino un eau de parfum" dice el diseñador. "Porque perfumarse es como refrescarse, un gesto natural", añade. La creadora de esta primera fragancia es la joven perfumista Marie Salamagne, representante de la generación ascendente de perfumistas de Firmenich. Entusiasta y decidida, en cuanto recibe las indicaciones de Monsieur Alaïa (el olor del agua fria sobre el cal ardiente), comienza a investigar y plantear una fórmula evocadora de esa sensación.
Sin duda, algo realmente complicado e inspirador, ya que hablamos de una imagen que rememora la niñez de Alaïa, que quiso transmitir cómo su abuela tiraba cubos de agua fría sobre la pared para refrescar el ambiente de su casa de Túnez.
En la pirámide olfativa del perfume encontramos una impresión fresca (notas aéreas y pimienta rosa), una impresión floral (fresia y peonía) y una impresión de piel (notas animales y almizcle). Éstas últimas son quienes dan personalidad a la fragancia, haciéndola súper atrayente.
El frasco por su parte es obra del diseñador Martin Szekely que crea "un objeto fetiche destinado a las mujeres". Szekely crea un frasco de vidrio negro traslúcido y pesado, que adorna con el mítico perforado de Alaïa y que se puede ver por primera vez en un corsé de cuero de los años 80.
El tapón contrasta totalmente con el frasco y lo realza imitando una bobina de hilo de oro, que homenajea el trabajo de Alaïa como "costurero". El estuche revestido de negro, uno de los colores fetiche del modesto, con toques de beige rosado intenso, sobre el que destacan sobriamente las letras de color negro.
Para celebrar este lanzamiento la firma nos invitó a una cena, tal y como acostumbra a celebrar Monsier Alaïa en su casa. Yo desde luego espero que tenga muchísima suerte con este primer proyecto, porque la fragancia me ha parecido exquisita, tanto por fuera como por dentro.
¿Qué os ha parecido esta fragancia? Sin duda será uno de los regalos más esperados de estas Navidades.
Fotografías cortesía Alaïa.Feed de esta entrada
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