Franciszek Honiok
Hace 75 años Hitler mandó al ejército alemán que invadiera Polonia. Era el 1 de septiembre de 1939. Pero unas horas antes, en la tarde del 31 de agosto, un comando de las SS atacó una emisora de radio alemana en la frontera con Polonia. Querían simular un ataque polaco para justificar la guerra. Con ellos iba Franciszek Honiok, el primer muerto de la Segunda Guerra Mundial.El 31 de agosto de 1939 el SS-Sturmbannführer Alfred Naujocks estaba en la ciudad silesa de Gleiwitz (Gliwice en placo), en la frontera entre Alemania y Polonia. Llevaba allí unos cuantos días esperando una llamada de teléfono. Por fin, hacia las 16:00 horas recibió esa llamada de Berlín. El mensaje decía “la abuela ha muerto”. Era la clave para comenzar la misión. A las 20:00 horas un grupo de hombres de las SS armados y sin uniforme se encaminó hacia la emisora de radio a las afueras de la ciudad. Los SS se hacían pasar por milicianos polacos que habían cruzado la frontera y estaban asaltando una emisora alemana. Era una misión preparada por el mismísimo jefe del SD (Servicio de Seguridad) Reinhard Heydrich con el objetivo de que pareciera que Polonia estaba atacando Alemania y justificar así la invasión de Hitler al país vecino programado para la siguiente madrugada.
La emisora de Gleiwitz.
La emisora de Gleiwitz era imponente. De aspecto parecidas a la Torre Eiffel de París, eran dos construcciones de madera de 110 metros de altura, la más alta de la zona y de las más importantes de este tipo en Europa. Los atacantes llegaron al anochecer. Alguien les abrió la puerta y una vez dentro asaltaron y amordazaron a los cuatro técnicos que trabajaban allí. Tomaron el micrófono y tras algunas dificultades, consiguieron interrumpir el programa para gritar una proclama en alemán y en polaco: “¡Atención, atención! Aquí Gleiwitz. La emisora está en manos polacas… ¡La hora de la libertad ha llegado! ¡Viva Polonia!”Se supone que los receptores de este mensaje que se repitió durante cuatro minutos debía ser la minoría polaca que vivía en Silesia. Debía ser una proclama para movilizarlos y rebelarlos contra los alemanes. Una excusa.
Sin embargo, era una excusa sangrienta. Para dar verosimilitud a la misión, los SS trajeron con ellos un cuerpo que dejaron en la emisora antes de desaparecer. Era el cuerpo de Franciszek Honiok, un miembro de esa minoría polaca a la que se quería convertir en chivo expiatorio para justificar la guerra. Honiok era polaco y había sido detenido la tarde del día anterior por la Gestapo. Le habían elegido para ser la supuesta prueba del ataque polaco contra la emisora. Los SS le habían drogado y cuando le dejaron en la emisora le pegaron un tiro para que le encontraran y le relacionaran con el asalto. Fue la primera víctima de la Segunda Guerra Mundial.
Soldados alemanes invaden Polonia.
Pocas horas después, en la madrugada del 1 de septiembre de 1939, las divisiones alemanas invadieron Polonia. Hitler se escudó en este asalto a la emisora de Gleiwitz y en otros supuestos ataques polacos en la frontera para justificar su invasión. La prensa alemana habló de “asalto de bandas polacas a la emisora de Gleiwitz” y culpó a los polacos de llevar “la antorcha de la guerra hasta el barril de pólvora”. En el discurso que dio ante los jerarcas nazis el mismo 1 de septiembre y que se emitió en toda Alemania, Hitler afirmó: “Estos sucesos se han repetido la pasada noche. Después de que ya se produjeran incidentes fronterizos, en la pasada noche se han producido 14 incidentes, entre ellos tres muy graves… Polonia ha disparado esta noche por primera vez con soldados regulares en nuestro propio territorio. Desde las 5:45 horas disparamos de vuelta. Y desde ahora vengaremos cada bomba con otra bomba”.Franciszek Honiok murió el 31 de agosto de 1939 para darle a Hitler una cuartada. Fue la primera víctima de la Segunda Guerra Mundial. Le seguirían otros 60 millones de personas hasta 1945.