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El primer Mundial de Vettel, el campeón más joven

Publicado el 14 noviembre 2010 por Toni_delgado @ToniDelgadoG

Red Bull se sale con la suya y festeja el primer Mundial de Vettel, el campeón más joven

Vettel observa, emmobado, su trofeo de ganador en Yas Marina -EFE.

Habían dicho por activa y por pasiva que estaban en contra de las órdenes de equipo y que preferían perder el Mundial antes que dar una indicación sospechosa a sus pilotos. En Red Bull querían ganar el título con juego limpio, pero sobre todo pretendían la victoria de Sebastian Vettel (Heppenheim, Alemania, 1987). La escudería lo dejó claro en Silverstone desmontando  un nuevo alerón a Mark Webber para ponérselo al alemán, que lo había destrozado en una sesión libre. Ofendido, el australiano sacó pecho ganando la carrera horas después, pero asumió que el equipo iba con su compañero. Una predilección que acabó pagando Red Bull como McLaren en 2007 y en Abu Dabi celebró el primer Mundial de Vettel, el piloto más joven en ser campeón del mundo de Fórmula 1 con 23 años, cuatro meses y 11 días. Una marca con la que el diamante surgido del Red Bull Junior Team  supera el registro de Lewis Hamilton, segundo en la carrera y campeón en 2008. “Me aislé de cuanto se decía sobre la lucha interna y me concentré en ser fuerte mentalmente”, razonó Vettel, que tras romper el motor en la antepenúltima prueba, en Corea del Sur, quedó a 28 puntos de Alonso, al que le ha sacado cuatro tras ganar las dos últimas citas de forma incontestable. Una remontada fantástica para el alemán –no había sido líder en todo el curso– y frustrante para el español, séptimo en Abu Dabi, frenado por Ferrari, que consideró como único rival a Webber –finalmente octavo– y programó la parada en boxes en la 15ª vuelta, tres después que el australiano. Webber se vio obligó a cambiar las ruedas después de rozar el muro de protección. Un error de bulto, decisivo, para Alonso, que bajó al 11º puesto y se topó con Vitaly Petrov, al que no puso superar y recriminó su actitud. Vettel, primero tras su 10ª pole del año, se fue alejando –cambió las ruedas en el 25º giro, uno después que Hamilton– y acercando al Mundial. Cuando Jenson Button pasó por boxes en la 40ª vuelta el alemán recuperó la primera plaza.  
“Haciendo lo mismo que Button hubiese sido suficiente”, zanjó Alonso, al que le hubiese valido conservar la cuarta plaza que tenía (perdió la tercera algo principio ante el británico) cuando entró a cambiar los neumáticos. “Salió todo al revés”, siguió, antes de felicitar a Red Bull y reconocer que sus últimos resultados (cuatro victorias y dos terceros puestos) habían sido “demasiado buenos”. No hay que olvidar que el español llegó a estar a 47 puntos del liderato tras abandonar en Bélgica y se puso primero en Corea del Sur tras el desastre de la escudería de la bebida energética. Ferrari y él tuvieron el título en sus manos ante un monoplaza que partió primero en 15 de las 19 pruebas. Un mérito de, entre otros, el diseño de Adrian Newey y la dirección de Christian Horner. En 2009 fueron los únicos en poner en dificultades a Brawn GP y ahora dieron un paso histórico llevándose el Mundial de constructores y el de pilotos con Vettel, que confesó que hasta que no cruzó la línea de meta no supo que era campeón, pues no le funcionaba la radio interna. Su reacción fue soltar un grito y ponerse a llorar. Más tranquilo, sentado en la sala de prensa junto a los dos últimos campeones –Hamilton y Button, tercero en el circuito de Yas Marina–  se acordó de todos sus mecánicos, de los ingenieros y mencionó como grandes rivales a sus acompañantes y a Alonso y Ferrari. Ni una sola palabra hacia su compañero Webber, que ajeno a cualquier celebración dijo que el equipo “lo ha hecho lo mejor posible”. Uno de los rumores es que el australiano podría marchase de Red Bull rumbo a Renault, un hueco que podría ocupar Jaime Alguersuari, quien en los próximos días probará el RB6 campeón. El catalán rompió su gafe con la undécima posición (la primera de los que no puntúan, un resultado que ha repetido esta temporada hasta cinco veces) y concluyó noveno por delante de Felipe Massa, que seguramente revivió con Alonso su gran decepción de hace dos años, cuando rozó su primer Mundial. Felipinho lo perdió en la última vuelta, mientras que el español se despidió de su tercera corona por la fijación de Ferrari en Webber. En Red Bull lo tenían claro y Vettel fue campeón.
Protegido de Schumacher, del que ha heredado carácter y ciertos malos humos, Vettel tiene escrito en su braga Monza, el nombre del circuito y de la ciudad en la que logró su primer triunfo en el Mundial, el más precoz de la historia. El alemán ya atesoraba ser el más rápido en puntuar (lo hizo en 2007 con un octavo lugar en su debut en el GP de Estados Unidos por el accidente de Robert Kubica). “No se qué decir, cómo definir este momento”, se sinceró. De hecho, le había costado dormirse porque se imaginaba que algo malo iba a pasar. No pensaba que lo tendría tan fácil por la mala decisión de Alonso y el fallo de Webber, al que no puede ni ver. En su primera temporada en la élite chocaron, como este curso en Turquía, cuando se confirmó que en Red Bull había una lucha interna en toda regla. Vettel, con un gesto, calificó de loco a su compañero. La marcar recriminó la actitud de ambos, pero arropó a Vettel. Su favorito entonces y siempre.  


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