Revista Cultura y Ocio

“El primer siglo después de Béatrice”, de Amin Maalouf

Por Guillermo Guillermo Lorén González @GuillermoLorn

«Fue en El Cairo donde comenzó todo, durante una laboriosa
semana de febrero, hace cuarenta y cuatro años…»

“El primer siglo después de Béatrice”, de Amin Maalouf

Cubierta de: ‘El primer siglo después de Béatrice’

Con esta frase comienza el capítulo ‘B’ de El primer siglo después de Béatrice. La novela de Amin Maalouf esta dividida curiosamente en veintiséis capítulos “enlazados por la simple concatenación de las letras de mi alfabeto, de la ‘A’ a la ‘Z’” [Pág. 216]. Con su estilo particular, utilizando en su novela la historia en primera persona y su lenguaje animado, el autor nos ofrece en esta novela una hipótesis inquietante: la raza humana puede desaparecer porque los viejos prejuicios otorgan más importancia a la herencia masculina. Si se puede elegir el sexo de los niños (o más precisamente en esta novela, si los padres que prefieren un niño tienen la opción), la humanidad se lanza hacia su destrucción.

“—Esto lo compré ayer por la tarde en la Gran Plaza de El Cairo, en Maydan al-Tahir. Vean, son unas cápsulas aplastadas en forma de gruesas habas, llamadas precisamente «habas del escarabajo». Dentro hay un polvo que, según el folleto, aumentará la potencia viril del hombre que lo tome, quien, además, será recompensado por su fogosidad con el nacimiento de un hijo.”  [Pág. 20]

La historia comienza en una fecha indeterminada en torno al año 2040 cuando un entomólogo francés compra en la Gran Plaza de El Cairo unos misteriosos polvos que prometen aumentar la potencia viril del hombre, asegurándole además a quien los tome el nacimiento de un hijo varón. Esa misteriosa sustancia, recuperada de un cajón en el que permanecía olvidada, será el punto de partida de una investigación destinada a revelar los orígenes de un proceso de desintegración que llegará a poner en peligro el futuro de la humanidad.
El narrador, recibe a Clarence, una periodista con la cual entablará una relación sentimental y hará realidad su sueño de tener una hija a la que siempre ha asignado el nombre de Béatrice. Paralelamente corre, sin embargo, la investigación de Clarence en torno a unos sospechosos comprimidos que, bajo distintos nombres, se venden en el Tercer Mundo bajo el auspicio de aumentar el vigor sexual pero, sobre todo, de garantizar la concepción de varones… y que coincide con un inesperado cambio en las tendencias demográficas.

Cronista de su tiempo y de su propia historia, a la vez que protagonista de una doble historia de amor, el narrador, testigo de El primer siglo después de Béatrice, da cuenta de los acontecimientos que han convertido a la Tierra en un planeta sombrío y dividido por el odio.
Si hasta el momento Amin Maalouf había negado en su narrativa la escisión entre Oriente y Occidente, en El primer siglo después de Béatrice convierte en objeto de preocupación la «falla horizontal» que divide el mundo en un norte de población estable y acomodada y un sur que se empobrece al compás de su crecimiento demográfico. El primer siglo después de Béatrice refleja las contradicciones de nuestra época. Se nos presenta como una advertencia, una defensa de la «feminidad del mundo» y una afirmación de la inagotable capacidad de supervivencia que caracteriza al ser humano.

Quiero concluir esta reseña con una reflexión con la que Maalouf termina el libro:

“Pienso a menudo en esos futuros que murieron, e incluso a veces, dejándome llevar por mis sueños durante mis paseos cotidianos por los senderos de mi montaña, retrocedo sesenta años, mucho antes del comienzo del siglo de Béatrice, y trato de imaginar los caminos que habría podido seguir la irritante especie a la que pertenezco.
Reconstruyo entonces, en el espacio de un paseo, un mundo diferente. Un mundo en el que la libertad y la prosperidad se habrían esparcido progresivamente como las ondas en la superficie del agua. Un mundo en el que la medicina, después de haber vencido a todas las enfermedades y aniquilado todas las epidemias, no tendría otro desafío que hacer retroceder indefinidamente a la vejez y a la muerte. Un mundo del que la ignorancia y la violencia habrían sido desterradas. Un mundo liberado de las últimas zonas de oscuridad. Sí, una humanidad reconciliada, generosa y conquistadora, con los ojos clavados en las estrellas de la eternidad.
A esa especie, yo habría estado orgulloso de pertenecer.”
[Pág. 218]

“El primer siglo después de Béatrice”, de Amin Maalouf

Amin Maalouf

El autor:
Amin Maalouf nació en Líbano, en 1949. Estudió economía, política y sociología. Trabajó en el diario “An Nahar” como responsable de la sección de internacional. En 1975, cuando estalló la guerra de Líbano, se exilió en Francia en donde trabajó como redactor-jefe de la revista “Jeune Afrique”. Actualmente se dedica en exclusiva a la creación literaria. Cultiva la narrativa, el ensayo y la ópera. Toda su obra está publicada en Alianza Editorial. Entre los numerosos premios que ha recibido cabe destacar el Maison de Presse por su novela Samarcanda, el Goncourt por La roca de Tanios, y el Príncipe de Asturias 2010 en reconocimiento a toda su obra y a su empeño en estrechar lazos entre Oriente y Occidente. En junio de 2012 ingresó en la Academia Francesa.
El naufragio de las civilizaciones ha sido galardonado con el premio Aujourd’hui 2019, al mejor libro de geopolítica.

El libro:
El primer siglo después de Béatrice (título original: Le Premier Siècle après Béatrice, 1992) ha sido publicado por Alianza Editorial en su Colección 13/20. Traducción de María Concepción García-Lomas Pradera. Encuadernado en tapa dura, tiene 222 páginas.

Cómpralo a través de este enlace con Casa del Libro.

Para saber más:
Amin Maalouf en Wikipedia.

ó

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