Revista Europa
"Anyone who would choose Lithuania as an enemy has also made an enemy of the United States of America". George W. Bush, former President of USA and Criminal of War
Hoy es sábado y debería estar preparándome y acicalándome para irme de farra al Kaziukas, la feria de San Casimiro Pero es que no he podido evitar la tentación de hacer una referencia a la "independencia" de Lituania. El 11 de marzo las televisiones nacionales estuvieron machacando con las conmemoraciones de tan destacada fecha. La ceremonia más importante, claro está, se celebró en Vilnius. La capital que el poder soviético devolvió al territorio lituano. Y que durante más de 20 años había sido ocupada por los ultranacionalistas polacos en el período de entreguerras. También hubo actos oficiales en Kaunas y en todas las ciudades y pueblos de este bendito país que me tiene acogido. Por la noche encendí la televisión y me estuve chupando más de tres horas de noticias y reportajes relacionados con el tema. La Lietuvos Televizija, el canal estatal de televisión, estuvo todo el día emitiendo una largísima sesión del Soviet Supremo de la República Socialista de Lituania. Recordando el pasado. La sesión en la que se decidía la secesión de esta república del resto de la federación soviética. El acto estaba presidido y dirigido por el poeta y hoy eurodiputado del Partido Popular europeo Vytautas Landsbergis. Líder por entonces del movimiento nacionalista Sajudis. Y pude distinguir entre los oradores a varios políticos nacionales que todavía hoy siguen mojando del huevo. Como la Sra. Kazimiera Prunskiene. Que en la sesión del soviet tenía 20 años menos. Y también 100 kilos menos de peso. Por lo menos. La Sra. Kazimiera ocupó, tras la declaración de independencia, el puesto de primera ministra. Y ha seguido teniendo un papel muy destacado en la política nacional. Llegando a ocupar el cargo de Ministra de Agricultura en el gobierno del socialdemócrata Gediminas Kirkilas. La Sra. Kazimiera, que es Doctora en Economía, gusta de aparecer por televisión en programas de varietés y cotilleos. Un día la vi incluso "cantar", por decir algo, junto a un par de conocidos cómicos nacionales.
Pues bien, la verdad es que no tuve narices de chuparme toda la sesión del Soviet Supremo. Estuve haciendo zapping. E iba mezclando las sesudas deliberaciones del Soviet Supremo de la -en vías de liquidación- República Socialista Soviética de Lituania con un reportaje sobre la "lost generation" que emitía la BBC. Y que abordaba el grave problema de desempleo y falta de expectativas vitales al que se enfrenta la juventud española. En uno de los canales de televisión lituanos pude ver el saludo que la Secretaria de Estado Hillary Clinton le daba al pueblo lituano. Y me tragué parte de la ceremonia que se estaba desarrollando en Vilnius. Presidida por la Sra. Grybauskaite y por los Presidentes de Letonia y Estonia. En un tercer canal se emitía un reportaje elaborado por Jonas Mekas, un cineasta lituano que vivió la mayor parte de su vida en Estados Unidos. En el reportaje se recogían imágenes de los medios de comunicación americanos y británicos. Noticias de la CNN, la BBC o el canal Fox de hace 20 años. Y que reproducían los hechos ocurridos en aquel momento. Vi a George Bush, padre, y al premier británico John Major. Y a un Gorbachev con cara de agobiado y de no saber qué coño hacer. En la Lietuvos Televizija, mientras tanto, el Soviet Supremo seguía con sus deliberaciones. La verdad es que los tipos ésos que estaban reunidos allá no parecían demasiado nerviosos ni preocupados por lo que estaban haciendo. Como si tuviesen la sangre de horchata. Gran parte de la reunión giraba entorno a temas procedimentales. Los lituanos no son, que digamos, un pueblo demasiado temperamental . En la reunión del Soviet Supremo lituano no se vieron ni los gritos ni los aspavientos que tanto se estilan en los foros políticos de los países meridionales. Todo se desarrollaba como si se celebrase allá un proceso de oposiciones a notarías. O algo por el estilo. Me fui a prepararme la cena y a tomarme la tercera cerveza de la noche. Y entonces, cuando abría la nevera en busca del atún, puede escuchar cómo los miembros del soviet lituano de obreros, soldados y campesinos entonaban el himno de Lituania. Y pude ver cómo una enorme bandera rasta (que por entonces era inconstitucional) se desplegaba tras el Presidente del autodisuelto Soviet Supremo. La verdad es que Ladsbergis no parecía estar demasiado emocionado por el momento histórico que estaba viviendo. Y por pasar a la historia como el tipo de le devolvió la libertad y la independencia a esta gran nación. No sé a qué coño se dedicará en el Parlamento Europeo con sus camaradas del Partido Popular español. A favorecer la autodeterminación de las naciones sin Estado seguro que no. Dudo que a Landsbergis le importe un rábano la independencia de Catalunya, de Euskadi o de Galiza. Creo que se dedica a escribir poemas y cuentos para niños. Y a vivir del cuento, claro.
Por cierto, la ceremonia oficial que se celebraba en Vilnius se desarrolló en el antiguo Ayuntamiento de la capital. Un magnífico edificio ubicado en pleno old-town y con vistas a las fabulosas iglesias barrocas de la ciudad. Todo ello, claro, reconstruído en tiempos del poder soviético. En el viejo edificio del Ayuntamiento de Vilnius estuvieron hace un año los Reyes de España. Saludando a los cuatro gatos que se asomaron por allá. Y también acogió nada menos que al antiguo ex-Presidente nortemericano, George W. Bush. Cuando hizo un tour por sus provincias bálticas en el año 2002. Y quien, por cierto, poco después de su visita, ordenó la defenestración del legítimo Presidente de la República, Rolandas Paksas, por negarse a abrir un centro secreto de detención y tortura en Vilnius. Centro clandestino que se habilitó bajo la presidencia del lituano-norteamericano Valdas Adamkus. Y que estuvo funcionando hasta hace unos meses. Hay una placa en bronce que reproduce las sabias palabras que pronunció Bush con ocasión de su visita a Vilnius, el 23 de noviembre del año 2002. Y que he incluído en la cabecera de este post. "Cualquiera que elija a Lituania como su enemigo...que sepa que se ha echado como enemigo también al primo del Zumosol". Mi inglés nunca ha sido muy bueno. Creo que George W. Bush no dijo exactamente eso aquel 23 de noviembre. A ver si hay algún diplomado o alguien con algún certificado en inglés que puntúe en las baremaciones del Ministerio de Educación y Ciencia español que me pueda ayudar. Pero creo que se me entiende. En fin, que me voy, que me voy...que me voy pal Kaziukas a beber cerveza caliente y a achuchar a las niñas!!!!
Historia de la fotografía: La fotografía la tomé yo mismo hace unas semanas. Era de mañana. Y, como de costumbre, hacía un frío que pelaba. Pero el día amaneció despejado. Sin nubes. Y opté por recorrer a pie parte del trayecto que me lleva a la universidad en la que trabajo. Y entonces saqué mi camarita y le hice una foto a la placa. No muy lejos había una señora mayor que era arrastrada por un perrito de lanas. Un perrito macho pues el chucho iba "armado". Creo que el perrito se quedó mirando por unos momentos la placa de Bush. Como si pensara miccionar en sus proximidades. Un perrito travieso, poco patriota.
PS: Tal vez los lectores que no sean de origen español no entiendan a qué me refiero cuando hablo del "primo de Zumosol". Hace unos años en España esa marca de zumos se hizo muy popular gracias a una serie de anuncios televisivos. Eran unos anuncios muy sencillos. Sin gran presupuesto. Pero que resultaron ser muy efectivos para incrementar las ventas de la marca. En ellos invariablemente aparecía un niño debilucho y con gafotas al que le quería pegar otro niño más grandote y gordo. Pero entonces el niño con gafotas le espetaba al otro algo así :"Que viene mi primo!" Y entonces venía el primo, un típo musculado, joven, alto, bien parecido. Con una t-shirt blanca que le marcaba los músculos de su cuerpo hiperproteinado. Y el tipo ése, una especie de superman hispano de los zumos, sostenía un pequeño tetra-brick de Zumosol. Y entonces el niño grandote se acojonaba, y salía huyendo. Pues eso, ahora creo que se entenderá mejor la analogía, o la comparación, o la sinestesia, o el hiperbatón o no sé...
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Hoy es sábado y debería estar preparándome y acicalándome para irme de farra al Kaziukas, la feria de San Casimiro Pero es que no he podido evitar la tentación de hacer una referencia a la "independencia" de Lituania. El 11 de marzo las televisiones nacionales estuvieron machacando con las conmemoraciones de tan destacada fecha. La ceremonia más importante, claro está, se celebró en Vilnius. La capital que el poder soviético devolvió al territorio lituano. Y que durante más de 20 años había sido ocupada por los ultranacionalistas polacos en el período de entreguerras. También hubo actos oficiales en Kaunas y en todas las ciudades y pueblos de este bendito país que me tiene acogido. Por la noche encendí la televisión y me estuve chupando más de tres horas de noticias y reportajes relacionados con el tema. La Lietuvos Televizija, el canal estatal de televisión, estuvo todo el día emitiendo una largísima sesión del Soviet Supremo de la República Socialista de Lituania. Recordando el pasado. La sesión en la que se decidía la secesión de esta república del resto de la federación soviética. El acto estaba presidido y dirigido por el poeta y hoy eurodiputado del Partido Popular europeo Vytautas Landsbergis. Líder por entonces del movimiento nacionalista Sajudis. Y pude distinguir entre los oradores a varios políticos nacionales que todavía hoy siguen mojando del huevo. Como la Sra. Kazimiera Prunskiene. Que en la sesión del soviet tenía 20 años menos. Y también 100 kilos menos de peso. Por lo menos. La Sra. Kazimiera ocupó, tras la declaración de independencia, el puesto de primera ministra. Y ha seguido teniendo un papel muy destacado en la política nacional. Llegando a ocupar el cargo de Ministra de Agricultura en el gobierno del socialdemócrata Gediminas Kirkilas. La Sra. Kazimiera, que es Doctora en Economía, gusta de aparecer por televisión en programas de varietés y cotilleos. Un día la vi incluso "cantar", por decir algo, junto a un par de conocidos cómicos nacionales.
Pues bien, la verdad es que no tuve narices de chuparme toda la sesión del Soviet Supremo. Estuve haciendo zapping. E iba mezclando las sesudas deliberaciones del Soviet Supremo de la -en vías de liquidación- República Socialista Soviética de Lituania con un reportaje sobre la "lost generation" que emitía la BBC. Y que abordaba el grave problema de desempleo y falta de expectativas vitales al que se enfrenta la juventud española. En uno de los canales de televisión lituanos pude ver el saludo que la Secretaria de Estado Hillary Clinton le daba al pueblo lituano. Y me tragué parte de la ceremonia que se estaba desarrollando en Vilnius. Presidida por la Sra. Grybauskaite y por los Presidentes de Letonia y Estonia. En un tercer canal se emitía un reportaje elaborado por Jonas Mekas, un cineasta lituano que vivió la mayor parte de su vida en Estados Unidos. En el reportaje se recogían imágenes de los medios de comunicación americanos y británicos. Noticias de la CNN, la BBC o el canal Fox de hace 20 años. Y que reproducían los hechos ocurridos en aquel momento. Vi a George Bush, padre, y al premier británico John Major. Y a un Gorbachev con cara de agobiado y de no saber qué coño hacer. En la Lietuvos Televizija, mientras tanto, el Soviet Supremo seguía con sus deliberaciones. La verdad es que los tipos ésos que estaban reunidos allá no parecían demasiado nerviosos ni preocupados por lo que estaban haciendo. Como si tuviesen la sangre de horchata. Gran parte de la reunión giraba entorno a temas procedimentales. Los lituanos no son, que digamos, un pueblo demasiado temperamental . En la reunión del Soviet Supremo lituano no se vieron ni los gritos ni los aspavientos que tanto se estilan en los foros políticos de los países meridionales. Todo se desarrollaba como si se celebrase allá un proceso de oposiciones a notarías. O algo por el estilo. Me fui a prepararme la cena y a tomarme la tercera cerveza de la noche. Y entonces, cuando abría la nevera en busca del atún, puede escuchar cómo los miembros del soviet lituano de obreros, soldados y campesinos entonaban el himno de Lituania. Y pude ver cómo una enorme bandera rasta (que por entonces era inconstitucional) se desplegaba tras el Presidente del autodisuelto Soviet Supremo. La verdad es que Ladsbergis no parecía estar demasiado emocionado por el momento histórico que estaba viviendo. Y por pasar a la historia como el tipo de le devolvió la libertad y la independencia a esta gran nación. No sé a qué coño se dedicará en el Parlamento Europeo con sus camaradas del Partido Popular español. A favorecer la autodeterminación de las naciones sin Estado seguro que no. Dudo que a Landsbergis le importe un rábano la independencia de Catalunya, de Euskadi o de Galiza. Creo que se dedica a escribir poemas y cuentos para niños. Y a vivir del cuento, claro.
Por cierto, la ceremonia oficial que se celebraba en Vilnius se desarrolló en el antiguo Ayuntamiento de la capital. Un magnífico edificio ubicado en pleno old-town y con vistas a las fabulosas iglesias barrocas de la ciudad. Todo ello, claro, reconstruído en tiempos del poder soviético. En el viejo edificio del Ayuntamiento de Vilnius estuvieron hace un año los Reyes de España. Saludando a los cuatro gatos que se asomaron por allá. Y también acogió nada menos que al antiguo ex-Presidente nortemericano, George W. Bush. Cuando hizo un tour por sus provincias bálticas en el año 2002. Y quien, por cierto, poco después de su visita, ordenó la defenestración del legítimo Presidente de la República, Rolandas Paksas, por negarse a abrir un centro secreto de detención y tortura en Vilnius. Centro clandestino que se habilitó bajo la presidencia del lituano-norteamericano Valdas Adamkus. Y que estuvo funcionando hasta hace unos meses. Hay una placa en bronce que reproduce las sabias palabras que pronunció Bush con ocasión de su visita a Vilnius, el 23 de noviembre del año 2002. Y que he incluído en la cabecera de este post. "Cualquiera que elija a Lituania como su enemigo...que sepa que se ha echado como enemigo también al primo del Zumosol". Mi inglés nunca ha sido muy bueno. Creo que George W. Bush no dijo exactamente eso aquel 23 de noviembre. A ver si hay algún diplomado o alguien con algún certificado en inglés que puntúe en las baremaciones del Ministerio de Educación y Ciencia español que me pueda ayudar. Pero creo que se me entiende. En fin, que me voy, que me voy...que me voy pal Kaziukas a beber cerveza caliente y a achuchar a las niñas!!!!
Historia de la fotografía: La fotografía la tomé yo mismo hace unas semanas. Era de mañana. Y, como de costumbre, hacía un frío que pelaba. Pero el día amaneció despejado. Sin nubes. Y opté por recorrer a pie parte del trayecto que me lleva a la universidad en la que trabajo. Y entonces saqué mi camarita y le hice una foto a la placa. No muy lejos había una señora mayor que era arrastrada por un perrito de lanas. Un perrito macho pues el chucho iba "armado". Creo que el perrito se quedó mirando por unos momentos la placa de Bush. Como si pensara miccionar en sus proximidades. Un perrito travieso, poco patriota.
PS: Tal vez los lectores que no sean de origen español no entiendan a qué me refiero cuando hablo del "primo de Zumosol". Hace unos años en España esa marca de zumos se hizo muy popular gracias a una serie de anuncios televisivos. Eran unos anuncios muy sencillos. Sin gran presupuesto. Pero que resultaron ser muy efectivos para incrementar las ventas de la marca. En ellos invariablemente aparecía un niño debilucho y con gafotas al que le quería pegar otro niño más grandote y gordo. Pero entonces el niño con gafotas le espetaba al otro algo así :"Que viene mi primo!" Y entonces venía el primo, un típo musculado, joven, alto, bien parecido. Con una t-shirt blanca que le marcaba los músculos de su cuerpo hiperproteinado. Y el tipo ése, una especie de superman hispano de los zumos, sostenía un pequeño tetra-brick de Zumosol. Y entonces el niño grandote se acojonaba, y salía huyendo. Pues eso, ahora creo que se entenderá mejor la analogía, o la comparación, o la sinestesia, o el hiperbatón o no sé...
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