Año: 2010.
Género: Aventuras.
País: Estados Unidos.
Duración: 116 minutos.
Dirección: Mike Newell.
Intérpretes: Jake Gyllenhaal, Gemma Arterton, Ben Kingsley, Alfred Molina.
"El rebelde príncipe Dastan debe unirse a la misteriosa princesa Tamina en una carrera contra em tiempo contra fuerzas oscuras para salvaguardar una antigua daga capaz de liberar las Arenas del Tiempo - un regalo de los Dioses que puede revertir el tiempo y permitir a su poseedor la capacidad de manejar el mundo a su antojo."
Poco y nada sé de la saga renovada de videojuegos que componen la nueva serie de videojuegos del Príncipe de Persia mas allá del original de 1989. De más está decir que es una nueva adaptación de un videojuego, y ciertamente que no haya jugado a los últimos juegos quiere decir que no puedo comparar fehacientemente que tan fiel a la saga permanece; sí puedo comentar que la película le hace honor a su procedencia y se convierte en un pasatiempo ligero muy placentero de ver en la pantalla grande.
De primera mano, el productor Jerry Bruckheimer intentó venderla como la sucesora de Piratas del Caribe (craso error) y solidificar una franquicia; mal resultado le dio, ya que Persia no tiene un personaje principal tan cautivador como el Jack Sparrow de Johnny Depp, por más que el papel de Jake Gyllengaal sea medianamente sólido y un poco carismático.
Por otro lado, otra de las cosas que más me causaba resquemor era la dirección de Mike Newell. Newell me decepcionó muchísimo con la cuarta entrega de Harry Potter, y la considero una de las más flojas, porque le dio un toque muy diferente a lo que uno esperaba del libro. Acá se reivindicó por mi parte, y entregó un buen film de aventuras de gran tamaño.
La historia, a grandes rasgos, es pasable pero inevitablemente cae en los más resonantes clichés del género, como todo producto Disney. Un chico pobre pero de gran corazón se gana el aprecio del rey y lo adopta en su familia; con el paso del tiempo este príncipe crece (se pone muy bueno) y se mete en más de un problema, el mayor ser acusado de la muerte de su padre.
Entre paisajes desérticos exhuberantes (algunos abusando demasiado del CGI) y escenas de acción raudas y adrenalínicas concurre la historia de este malandra de buen corazón, acompañado por la siempre hermosa Gemma Arterton (últimamente un must entre películas taquilleras y de acción) que demuestra la misma veta de actitud que en Furia de Titanes, aunque más resaltada esta vez.
Por un lado, el papel de villano de Ben Kingsley fue diferente de lo que había esperado, y creo que por eso me causó una buena impresión; fue sutil y moderado, aunque rapaz cuando se lo requirió. Eso sí, el alivio cómico de Alfred Molina apenas sirve y pasa desapercibido.
No sé porqué todo el mundo la está considerando un flop por parte de Disney, pero a grandes rasgos El Príncipe de Persia es una entretenida película de acción y aventuras; no será la mejor (ni tampoco la última) adaptación de un videojuego a la pantalla grande, y no mucho más.
Calificación: B