El príncipe libanés
Amin Maalouf acaba de ganar el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. Maaulouf escribe en francés, pero su cultura es la libanesa, aunque saliera del Líbano en 1975, cuando el pequeño país en el que convivían musulmanes y cristianos saltó en pedazos.
A Maaulouf, que fue periodista antes que escritor, le gusta escribir novelas históricas para contar problemas actuales. La más famosa es 'León el africano', la historia de un intelectual granadino y musulmán obligado al exilio tras la conquista de los Reyes Católicos.
'León el africano' es una de mis novelas pendientes, una de esas que compras un día pensando que la leerás dentro de un mes, o en las vacaciones de verano, y se queda atrapada entre otros libros que sí has leído y que te contagian la sensación auténtica de una lectura falsa.
Descontada esa lectura inexistente, para mí la historia más fascinante de Maalouf no es una novela sino un ensayo: 'Las cruzadas vistas por los árabes' Cuesta creer que ningún historiador occidental se preocupase por contar las Cruzadas desde el punto de vista de los invadidos hasta que llegó Maalouf.
“A los treinta tres años , el gigante pelirrojo que lleva la corona de Inglaterra es el prototipo del caballero belicoso y frívolo cuya nobleza de ideales no consigue enmascarar la desconcertante brutalidad y la total ausencia de escrúpulos. Pero si ningún occidental permanece insensible a su encanto y a su innegable carisma, el propio Ricardo, en cambio, está fascinado por Saladino. Nada más llegar, intenta verlo”.
Si has visto 'Robin y Marian' , recomendación infalible, ya sabrás que Ricardo Corazón de León tenía un corazón miserable, pero verle llegar desde los ojos de los invadidos, desde el punto de vista de un contrario al que nos han enfrentado durante siglos, es el gran mérito de este libro apasionante. Es, creo, la meritoria razón por la que Maalouf se ha convertido en príncipe.
10/6/10