La noticia de la semana han sido las reacciones al anuncio del gobierno de suprimir la publicidad en TVE a partir del mes de septiembre. ¿Cómo se financiará la cadena pública? El ejecutivo pretende aplicar una tasa impositiva (¡otro canon!) sobre los ingresos anuales de las cadenas de televisión privadas y de los operadores de telecomunicaciones al entender que son éstos quienes se beneficiarán de los cerca de 500 millones de euros que dejará de recibir TVE en concepto de publicidad. Sin duda alguna, algo está pasando en el sector audiovisual pero ¿qué es lo que está produciendo que aparezcan noticias como éstas?
Un estudio de la Asociación Europea de Publicidad Interactiva ya señalaba en el año 2007 que el 82% de los europeos de entre 16 y 24 años usaba Internet como mínimo 5 días a la semana, mientras que sólo el 77% veía la televisión con la misma frecuencia. En nuestro país, el último Informe de Fundación Telefónica muestra que más del 33% de los 17 millones de los usuarios frecuentes se conectan igual o más a Internet que a otros medios para ver contenidos audiovisuales.
Internet se está convirtiendo en el nuevo medio audiovisual. Los telespectadores pasivos que desean seguir siendo un mero espectador encuentran en portales como TVgratis la posibilidad de disfrutar de multitud de canales de televisión de muy diversos países de forma gratuita. En cambio, si la voluntad del hasta ahora telespectador es participar activamente, plataformas como Zattoo o Joost no tan sólo facilitan el acceso a la misma programación que ofrecen las cadenas de televisión públicas y privadas de nuestro país, sino que además proporcionan al usuario activo una serie de funcionalidades para aportar sus comentarios o participar en chats relacionados con la emisión. Por su parte, webs como Mogulus van todavía un paso más allá y facilitan herramientas y medios para que sus usuarios se conviertan en productores de contenidos audiovisuales.
No me cabe duda que en poco tiempo el ordenador pasará de la habitación al salón y de estar conectado a la pantalla propia a estarlo a la pantalla de televisión. Los fabricantes de televisores ya hace tiempo que empezaron a utilizar el término pantalla buscando un paralelismo semántico con la del ordenador. Si nos damos una vuelta por cualquier tienda de electrodomésticos o electrónica de consumo y echamos un vistazo a la oferta actual, podremos observar que prácticamente todas incorporan una conexión DVI para el ordenador y que incluso algunas tienen conexión a Internet (Ethernet).
Llegado este punto es probable que alguien haya pensado que una cosa es el acceso al contenido y otra la calidad de imagen. Pues bien, al igual que ya pasa en Japón, antes de finalizar el presente año es muy probable que empecemos a ver ofertas de conexión a Internet de 100 Mb tanto fijas como móviles, lo que permitirá la emisión de canales en alta definición (HD).
Estos cambios están produciendo un verdadero terremoto en los cimientos del sector audiovisual que están obligando a reinventar el modelo de negocio tradicional hasta la fecha financiando a través de publicidad. No se trata de ser agorero o fatalista pero tampoco podemos obviar la realidad. Estamos asistiendo al principio del fin de la televisión tradicional para dar paso a un nuevo modelo donde el usuario (en contraposición al hasta ahora telespectador) adquiere un mayor protagonismo.