Antes de irme de vacaciones os dejo mi impresión de la sexta temporada de "Mad Men" y me estoy preparando para ver la última. Definitiva y que finiquitará la serie de Don Draper así que... ¡Allá vamos!
La sexta temporada de "Mad Men" ha sido sorprendente desde el primer momento, donde cada personaje ha tenido que evolucionar de mejor o peor manera, y nos ha dejado sorpresas por doquier. La mayor de todas podría decirse que ha sido la fusión de dos agencias siempre enfrentadas.
Pero todos los personajes han demostrado de lo que son capaces como es el caso de Pete; Joan también ha tenido que armarse de valor; Megan que empezaba muy bien la temporada y la terminaba casi llorando; o Peggy que de tener dos hombres se ha quedado sin ninguno y ahora siente que el trabajo es su única tabla de salvación.
Pero quizá quien más está sufriendo es Don que ve cómo tropieza una y otra vez con la misma piedra. Su matrimonio con Megan empezó muy bien, al menos hasta que ella decidió ser actriz y a partir de ahí fue su caída en picado. No solo se ha acostado con su ex mujer sino también con su vecina de abajo. ¿Este hombre tiene un problema para mantenerse fiel?
En el trabajo tampoco es que le esté yendo demasiado bien. Empezó una temporada brillante, dejando claro que quería que la agencia se hiciera más gente y consiguiendo fusionarse para conseguir una gran marca de coches. Pero nada de eso le ha librado de la ruina laboral y ha sido apartado de la agencia en el último momento.
Pero quizá el problema más grave que tiene es su dependencia al alcohol y cómo le está afectando. Sin duda, un tema espinoso y que le costará superar. Pero junto a esto también se une la animadversión que le ha tomado su hija después de verle "in fraganti" con la vecina e intenta cortar toda relación con él.
Sin duda, la sexta temporada de Mad Men ha sido sorprendente y nos ha dejado momento imprescindibles. Hemos visto cómo han ido cambiando los personajes, no solo físicamente sino también emocionalmente, y vemos que todos son capaces de traicionarse en algún momento de la vida.
Pero creo que nuestro protagonista debería dejar las cosas claras, saber qué es lo que quiere de una vez y conseguirlo. Megan merece marcharse a California para conseguir su gran sueño y Don necesita reconciliarse con sus ojos. Enseñarles su vida normal, su auténtico pasado como ya ha hecho al final de esta temporada y quizá hasta empezar de cero en otro sitio.
No veo a Don perdonando a todos aquellos que le han dejado relegado y tampoco le veo trabajando con Peggy. Las tensiones entre ellos saltan a todas horas y han pasado de respetarse a llevarse como el ratón y el gato. ¿Quién puede trabajar así? La vida de la publicidad se vuelve más difícil y revoltosa a medida que pasan los capítulos y también los años.
El genio de la publicidad tiene que volver a reinventarse a sí mismo. Tiene que aprender de sus errores, acercarse a sus hijos y hacerse más indispensable. ¿Empezar de nuevo? ¿Encontrar otra estabilidad? Sin duda, la última temporada pondrá el colofón a una vida alterada y rápida que a muchos nos ha dejado impresionados.