Publicado Miércoles 03 septiembre, 2014 De Autor Invitado
De niña siempre me ha gustado ir al campo, recuerdo mi niñez rodeada de animales y arboles cuando pasaba mis vacaciones escolares en casa de mi abuela en un pueblito fuera de la cuidad de no más de 300 habitantes para ese entonces.
Siempre pensé que el día en que tuviera hijos los llevaría a que respiraran ese aire puro que emana tranquilidad y armonía entre las bondades de la naturaleza, ese día llego y me siento orgullosa de decir que mi hijo disfruta y vive la experiencia de compartir en esos lugares donde su mami corrió y creció llenándose el alma de paz.
Hace dos semanas fuimos de visita a la finca que fuera de mis abuelos y hoy nos pertenece a sus nietos, Sebastián quien es un niño muy activo y alegre no dejaba de brincar y gritar de alegría al ver por la carretera los animales que tanto le gustan, me decía “Mami quiero pintar las vacas en la playa”, su papá quien iba a mi lado me miro y se sonrió.
Hablando con otras madres acerca de lo rico y beneficioso que es para los niños compartir con los animales o mascotas, quede asombrada del miedo que muchas tienen al ver a sus retoños convivir con ellos por diversas razones, enfermedades, bacterias, o alguna agresión hacia ellos.
El contacto con la naturaleza en la primera infancia es una huella imborrable, que se guarda como semillas que más adelante germinarán en buenos recuerdos e importantes aprendizajes. Es importante inculcarles a nuestros hijos el respeto por esos otros seres vivos que conviven con nosotros, pese a los miedos que podamos tener.
En mi caso el amor de Sebastián por los animalitos y los árboles se dio de manera natural y sin miedos, como es lo normal con todos los niños, pero nosotros los padres somos los que le transmitimos a los peques nuestras inseguridades y he allí por qué muchas veces ellos no saben apreciar lo que está a su alrededor.
¿Cómo podemos hacer para que nuestros peques disfruten de todas esas cosas sin que nos ataquen los nervios?, más fácil de los que nos imaginamos, solo debemos tener la mejor disposición y lo más importante, disfrutar sin culpas.
1. Es necesario que alejemos de nosotras los malos pensamientos, calmarnos y pensar que de esa experiencia saldrán cosas beneficiosas para nuestros hijos.
2. Si es la primera vez que llevas a tu hijo a compartir al aire libre con animalitos, escoge un lugar que sea de tu agrado y donde puedas obtener ayuda en caso de alguna caída, o por la picada de algún insecto, sobre todo si tus hijos son alérgicos.
3. Deja a tus niños que exploren, solo así entraran en confianza y descubrirán un sinfín de cosas maravillosas que solo los niños son capaces de ver.
4. Ten siempre a la mano agua fresca, y cosas que creas necesitar como toallas, en un bolso práctico para este tipo de actividades.
5. Si te da miedo tan si quiera ver como ellos se acercan a los animales o ponen sus manos en la tierra, no se lo demuestres, podrías arruinarles la diversión porque creerán que lo que hacen está mal.
6. Disfruta el momento con tus hijos, corre con ellos, acaricia a los animalitos (si están en un zoológico esto será de gran agrado para ellos), déjate llevar y tendrás experiencias que contar.
Compártelo:El amor y el respeto por la naturaleza, se enseñan y se aprende. Es muy importante que, desde pequeños, ellos aprendan a amar y apreciar el mundo natural y a actuar en correspondencia con estos sentimientos, contribuyendo a su cuidado y preservación.