Un privilegio que no siempre usamos, o que decimos que “no podemos usar”, anulando así, esta gran posibilidad únicamente, nuestra.
El poder de elección del que disfrutamos los seres humanos es para mí, el más grande privilegio, puesto que con él:
- Nos hacemos dueños de nuestra vida y de cómo llevarla adelante.
- Ejecutamos el difícil arte de gestionar nuestras emociones.
- Nos sobreponemos a nuestros estados de ánimo des-empoderantes.
- Terminamos con nuestros sufrimientos.
- Creamos nuestro destino.
- Podemos llegar a salvar nuestra vida.
La adversidad es causa de que algunos hombres se hundan y otros se superen. William A. Ward
¿Por qué creés que sucede algo así, como dice esta frase?
Solo porque los seres humanos podemos elegir.
Elegimos, y esta acción nos lleva a poder tomar decisiones. Y tomar decisiones, es el quehacer que aumenta nuestro poder personal.
¿Cómo te sentís cuando estás indeciso?
¿Cómo te sentís luego de que pudiste tomar la decisión?
Mientras no decidimos, la cuestión se transforma en un enorme paquete de mil kilos que llevamos en nuestra espalda, y ronronea en nuestra mente.
Cuando decidimos –y aun sin haber accionado, lo que completa nuestro bienestar- nos sentimos livianos. El peso fue colocado al costado de nuestro camino y ya el tema no ocupa nuestros pensamientos.
Nos detenemos en el cruce de caminos cada minuto, cada hora, cada día, haciendo elecciones. Elegimos los pensamientos que nos permiten pensar, las pasiones que nos permiten sentir, y las acciones que nos permiten desempeñarnos. Cada elección nace del contexto del sistema de valores que elegimos que gobierne nuestra vida. Al seleccionar ese sistema de valores estamos, en una forma muy real, haciendo la elección más importante que haremos jamás. Benjamín Franklin
El hombre que no puede elegir ha perdido la condición humana. Anthony Burgess
Hasta tal punto la posibilidad humana de elegir, es central para nuestro ser.
Este “no puede” de Burgess, lo interpreto como: “no quiere”, “no se anima”, “no se arriesga”.
Creo que lo único que no podemos elegir está relacionado con lo que está fuera de nuestra área de control. Y nuestra área de control es aquélla en que nuestras acciones dependen únicamente de nosotros.
A ver… puedo –tengo la amplia posibilidad y poder- de elegir en todo lo que se refiera a mi propia vida. Y aquí entran las disquisiciones que llevan a confusiones, comprensibles pero pasibles de cuestionamiento. Uno que nos permita utilizar el poder de la elección para nuestro bien, nuestro bienestar y paz, y así, poder servir a los demás, con nuestras acciones.
Nadie puede dar lo que no tiene.
Lo que implica que si quiero ayudar a los demás, primero necesito ayudarme a mí mismo. Y esta ayuda va desde las acciones solidarias, de misión personal o desde nuestra actividad, hasta nuestras relaciones.
Los resultados de nuestra vida están determinados en lo fundamental por nuestra respuesta a cada acontecimiento. ¿Elegimos ser héroes o víctimas en nuestros dramas vitales?
Hace unos días escribí nuevamente, acerca de la posición de víctima. Si querés, podés verlo aquí.
¿Qué es el poder de elegir?
Es la potestad de tomar para nosotros lo que queremos y dejar de lado lo que no queremos.
Y vos… ¿Qué es lo que querés?
¿Qué querés para la forma de tus relaciones?
¿Qué querés para dedicarte a ello, como actividad?
¿Qué querés para tu relación de pareja?
¿Qué querés para tu forma de disfrutar?
¿Qué querés para tu lugar para vivir?
¿Qué querés para la forma de vivir día a día?
¿Qué querés para tus emociones?
Todo esto y mucho más… vos lo podés elegir.
¿Estás teniendo las relaciones que querés?
¿Estás dedicándote en tu actividad, a lo que querés?
¿Estás teniendo la pareja que querés?
¿Estás disfrutando como querés?
¿Estás viviendo donde querés?
¿Estás viviendo cada uno de tus días de la forma que querés?
¿Estás gestionando tus emociones de manera que te sentís en paz?
Si no es así, ¿Por qué no estás eligiendo?
Y la pregunta más importante: ¿Para qué no estás eligiendo?
Cuando se responde al “por qué”, aparecen motivos… y también excusas.
Cuando se responde al “para qué” aparece el Sentido. Y esto es también central en tu vida.
En algunas oportunidades (más de las que me gustaría comprobar), al responder al “por qué”, aparecen “razones” que están ocultando lo que tememos.
Cuando se responde al “para qué”, aparece lo que ocultamos por miedo a afrontarlo. Y esto es genial porque recién allí podés hacerte cargo de tu verdad interior.
¿Y los que se dan cuenta de que no quieren buscar motivos, que intentan minimizar la importancia del sentido, y deciden no hacer, dejar las cosas como están?
¿Qué te parece?
¿Qué pensás que es la vida para ellos? Una vida que es única, que no hay otra.
Sin embargo, hay muchas personas que viven así…
¿Conocés la canción “Honrar la vida”?
¿Qué significa su letra para vos?
Viktor Frankl, neurólogo y psiquiatra vienés, creador de la Logoterapia (psico-terapia basada en el sentido), nos devela que…
Quien tiene una razón para vivir, acabará por encontrar el cómo.
¿Qué nos aporta, este genuino científico a la posibilidad humana de elegir? Y digo “genuino” porque su teoría está avalada por su experiencia personal en los campos de concentración, desde donde sobrevivió (¿te acordás lo que te dije más arriba acerca de que elegir te puede salvar la vida?)
Yo diría que lo más importante.
¿Por qué?
Porque cuando se hace el cuestionamiento de “Por qué y para qué” no estás eligiendo, empiezan a aparecer:
Las circunstancias…
Las necesidades…
“Quiero dejar este trabajo porque me estoy enfermando por continuar en él, pero es mi fuente de ingresos”.
“Me quiero separar pero dependo de mi marido”.
“No soporto más vivir aquí, pero no tengo otra opción”.
Lo vital que aporta Frankl, es que siempre podemos elegir.
Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontas ese sufrimiento.
No importa lo que sucede sino qué hacemos frente a lo que sucede.
¿Te pusiste a pensar que lo que estás siendo hoy es producto de tus elecciones de ayer?
Te sugiero hacerlo porque lo que vas a ser en el futuro será el producto de lo que estás siendo, hoy.
La historia de Jerry
Jerry era el tipo de persona que te encantaría odiar. Siempre estaba de buen humor y siempre tenía algo positivo que decir. Cuando alguien le preguntaba como le iba, el respondía: -No puedo estar mejor.
Él era un gerente único porque tenía varias meseras que lo habían seguido de restaurante en restaurante. La razón por la que las meseras seguían a Jerry era por su actitud. El era un motivador natural: Si un empleado tenía un mal día, Jerry estaba ahí para decirle al empleado como ver el lado positivo de la situación. Ver este estilo realmente me causó curiosidad, así que un día fui a buscar a Jerry y le pregunté:
-No lo entiendo… no es posible ser una persona positiva todo el tiempo… ¿cómo lo haces?
Jerry respondió: -Cada mañana me despierto y me digo a mí mismo: “Jerry, tienes dos opciones hoy: puedes escoger estar de buen humor o puedes escoger estar de mal humor”. Escojo estar de buen humor. Cada vez que sucede algo malo, puedo escoger entre ser una víctima o aprender de ello. Escojo aprender de ello. Cada vez que alguien viene a mí para quejarse, puedo aceptar su queja o puedo señalarle el lado positivo de la vida. Escojo el lado positivo de la vida.
-Si claro… pero no es tan fácil –protesté.
-Sí, lo es. -dijo Jerry- Todo en la vida es acerca de elecciones. Cuando quitas todo lo demás, cada situación es una elección. Tú eliges como reaccionas a cada situación. Tú eliges como la gente afectará tu estado de ánimo. Tú eliges estar de buen humor o mal humor. En resumen: Tú eliges cómo vivir tu vida.
Reflexioné en lo que Jerry me dijo. Poco tiempo después, dejé la industria hostelera para iniciar mi propio negocio. Perdimos contacto, pero con frecuencia pensaba en Jerry cuando tenía que hacer una elección en la vida en vez de reaccionar a ella.
Varios años más tarde, me enteré que Jerry hizo algo que nunca debe hacerse en un negocio de restaurante. Dejó la puerta de atrás abierta una mañana y fue asaltado por 3 ladrones armados. Mientras trataba de abrir la caja fuerte, su mano temblando por el nerviosismo, resbaló de la combinación. Los asaltantes sintieron pánico y le dispararon.
Con mucha suerte, Jerry fue encontrado relativamente pronto y llevado de emergencia a una clínica. Después de 18 horas de cirugía y semanas de terapia intensiva, Jerry fue dado de alta aun con fragmentos de bala en su cuerpo.
Me encontré con Jerry seis meses después del accidente y cuando le pregunté como estaba, me respondió: -No puedo estar mejor.
Le pregunté qué había pasado por su mente en el momento del asalto.
Contesto: -Lo primero que vino a mi mente fue que debí haber cerrado con llave la puerta de atrás. Cuando estaba tirado en el piso recordé que tenía dos opciones: Podía elegir vivir o podía elegir morir. Elegí vivir.
-¿No sentiste miedo? -le pregunté.
-Jerry continuó: Los médicos fueron geniales. No dejaban de decirme que iba a estar bien. Pero cuando me llevaron al quirófano y vi las expresiones en las caras de médicos y enfermeras, realmente me asusté… podía leer en sus ojos: Es hombre muerto. Supe entonces que debía tomar acción…
-¿Qué hiciste? -pregunté.
-Bueno… uno de los médicos me preguntó si era alérgico a algo y respirando profundo grité “Sí, a las balas…”. Mientras reían les dije: “Estoy eligiendo vivir… opérenme como si estuviera vivo, no muerto”.
Jerry vivió por la maestría de los médicos pero sobre todo por su asombrosa actitud. Aprendí que cada día tenemos la elección de vivir plenamente.
Por el placer de compartir.