Revista Opinión

El Problema de la Inflación.

Publicado el 14 junio 2019 por Carlosgu82

La inflación es un tema que toca muy de cerca a muchísimas personas, especialmente, en países con economías inestables como sucede en gran parte de Latinoamérica.

Si leíste mi artículo sobre ¿Porque las Finanzas Personales No Son Parte de Nuestra Educación?, allí inicio con una serie de nociones para ir cultivando la idea en mejorar nuestro propio desenvolvimiento financiero. La inflación, es también un asunto que debemos tener presente, puesto que influye en el entorno económico.

La inflación es un aumento general de precios, de bienes y servicios que se adquieren en un tiempo determinado en que son comparados. Es decir, para saber si estamos bajo su influencia, o si se produce, solo tenemos que comparar un mismo artículo en cuanto a su precio en un periodo específico. Puede ser a un mes, seis meses, un año o más. Observamos si ese producto idéntico (marca, contenido, peso, etc), ha variado su valor, si ahora cuesta más que antes.

La inflación, también se produce cuando hay un incremento significativo de la masa monetaria de circulación legal en proporción a la cantidad de productos y servicios que existen en un mercado local. Es decir, que si se emite mucho más papel moneda o se modifica el valor intrínseco del mismo (en vez de billetes de 10, por ejemplo, como el de más alta denominación en un país, se imprimen de 100 o de 500 o de 1000), teniendo prácticamente la misma cantidad de productos en un mercado, la consecuencia será un aumento generalizado de precios. Un gobierno puede incurrir en esto para disminuir el valor de su deuda interna (ya que con la inflación la moneda vale menos) pudiendo sobrellevar mejor su pago. El problema es que arrastra a la población también hacia su empobrecimiento.

La Inflación en si no es mala y es hasta normal si está por debajo de niveles saludables para una economía. De hecho, un poco de inflación indica que hay crecimiento económico, puesto que constantemente se están produciendo bienes y servicios y hay demanda interna por ellos.

Si la inflación se detiene (estanflación), un país estaría en un estancamiento económico. Y si la inflación decrece mucho (deflación) en una economía medianamente estable, habría un exceso de oferta que el nivel de consumo o demanda de un mercado no puede absorber, con la consiguiente baja de precios. En este último caso, favorece al consumidor por la disminución de precios, pero castiga al deudor por la revalorización de la moneda y su deuda. No es una situación ideal para una economía porque hace que está se desacelere y decrezca, generando muchas veces, desempleo. Si la economía decrece, los puestos de trabajo pueden disminuir ya que el consumo cae y los empleadores no precisan de tanto personal, porque bajan los ingresos por ventas de bienes y servicios.

Los niveles de inflación que generalmente se consideran manejables están por debajo del 4%, según la óptica de muchos expertos y analistas.

El problema es cuando se descontrola superando en mucho estos niveles. Es entonces cuando la inflación se convierte en confiscatoria de tu poder adquisitivo. Esto sucede por el desequilibrio fiscal y el desequilibrio económico.

Sus causas normalmente son: Indisciplina fiscal de gastos, cuando un gobierno en su mal manejo incrementa el gasto público irrespetando los principios de disciplina presupuestaria, por ejemplo, se endeuda paulatinamente, incurre en más contrataciones públicas tanto de personal (más empleados públicos, obreros, etc) como de obras (demasiados contratos públicos por obras que se comen, literalmente, el presupuesto del Estado).

También ocurre por exceso de inversión social (esto es algo que no tragan los izquierdistas) que desemboca casi siempre en populismo (formas de manipulación social utilizando el presupuesto público en gastos para impresionar, captar y fidelizar a futuros votantes, con la excusa de ayudas), debiéndose en consecuencia, incrementar el número de impuestos y las alícuotas de estos para poder sufragar todo el gasto, con el empobrecimiento general de la población que es quién lo paga. Obviamente, que las reservas que se guardan en Bancos Centrales, tienden también a disminuir para pagar el exceso de deuda pública o equilibrando los presupuestos.

Fíjate que he mencionado antes por el “exceso de inversión social”, NO he dicho que las políticas de inversión social sean malas o innecesarias (antes que alguien se moleste por esa frase), siempre que obedezcan a principios racionales de control, y sobre todo, que haya dinero en el presupuesto público sin incurrir en más impuestos para poder sufragarlas. Por ello, la planificación presupuestaria es imprescindible.

Muchos gobiernos cuando se encuentran en una situación de desequilibrio fiscal (cuando es mayor el flujo de efectivo que sale del fisco del que entra), incurren para frenar la inflación en una mayor emisión de deuda, o una mayor emisión de papel moneda o controles de precios, cuando el verdadero problema viene del control del gasto público y la falta de incentivo a la producción en el sector priado. Pero, recortar presupuesto teniendo que despedir empleados públicos, cerrar algunas oficinas ministeriales inoperantes o dejar paralizadas obras ya contratadas, es un costo político enorme para lo cual, algunos gobiernos prefieren implementar lo primero, y responsabilizar a otros y escurrir el bulto.

A la inflación se aúna para empeorarla, en países fuera de control económico, políticas siniestras de confiscaciones (excesos de expropiaciones, expoliaciones del aparato productivo privado) reduciendo la producción de bienes y servicios con menos ofertas al mercado y, por tanto, incremento significativo de demanda y de precios por esos pocos bienes; controles de precios que generan producción y comercio a perdida, además de la corrupción, puesto que una tajada del presupuesto público se va en pagos y desviación ilegal de fondos. Todo ello conduce a la hiperinflación.

Lo que se ve en países como Venezuela, un auténtico desastre en todo sentido, no solo económico, o en Zimbabue hace una década, es claro ejemplo de ello. Y ojo que hay otras naciones que comienzan a cimentar la base de estos agudos desequilibrios con políticas socialistas acentuadas o con populismo.

Ahora bien, ¿cómo se aplica la inflación a mí dinero y cuentas de bancos?

Pues bien, a través del mecanismo de las tasas reales, se puede medir si vale la pena enfocarse únicamente en tener dinero en el banco que a la larga se depreciará o ganará muy poco. Las tasas reales pueden ser:

Tasa real negativa: Es la resultante de restar a la tasa pasiva más alta de un banco o de un mercado, el índice de inflación, y el resultado es a favor del índice inflacionario. Ejemplo: Supongamos que la tasa más alta de un Banco es un certificado a plazos que paga 13% anual y que el índice de inflación en 2017 para un país X fue de 18%. Entonces 13% – 18% = -5%. Significa que tus ahorros a una misma cantidad siempre perderán valor. Ejemplo: 1000 en un año, si la tasa real negativa es -5%, entonces 1000 x -0, 05 = – 50. Así, 1000 – 50 = 950. En eso se convirtieron al año mis 1000. Perdí valor.

Tasa real positiva: Es la resultante de restar a la tasa pasiva más alta de un banco o de un mercado, el índice de inflación, y el resultado es a favor de la tasa pasiva más alta. Ejemplo: Sería lo contrario del caso anterior, en X país la inflación anual es de unos 2, 8% y la tasa pasiva bancaria general de 3, 5%. Así 3, 5 – 2, 8 = 0, 7%. Si tengo 1000 en un Banco x 0, 007 = 7. En un año serian 1007. Gané valor en un año, aunque muy poco, pero sigue siendo tasa real positiva.

Utilizando la ecuación anterior, puedes aplicar los valores inflacionarios y de tasas a tu país de origen para conocer que tipo de tasa real posee. De esta manera, sacarás tus propias conclusiones y sabrás si vale la pena enfocarte en abrir una cuenta de ahorros como única medida de finanzas personales. Con esto no quiero decirte que no se requiera de los bancos, ya que necesitas inicialmente acumular dinero, ahorrarlo en una cuenta que luego invertirás para comprar algún activo.

De hecho, requerimos de cuentas bancarias para el manejo diario de nuestros gastos, así como para obtener referencias crediticias (en caso de préstamos)

Lo que sí es cuestionable es que abrir SOLO una cuenta bancaria, es para la mayoría de las personas estancadas financieramente, la única medida que toman para proteger sus finanzas. Y como vemos, es algo peligroso dejar tu dinero en un banco por mucho tiempo por el tema inflacionario y el manejo irresponsable de la economía por la clase política sin preparación financiera.

Dicho esto, ya hemos comprendido que para un buen inversionista mantener el dinero estático en un banco o en la casa (bajo el colchón como decían las abuelitas de antaño) no es una buena opción, ya que el dinero se desvaloriza con el tiempo. Adquieres menos productos por una misma cantidad de dinero con el correr de los años.

Es importante entender las fuerzas que operan en el mercado, especialmente, los intereses, que comentaré en un próximo tema.

Hasta la próxima.


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