Si quisiéramos impactar en el 100% de nuestro público objetivo tendríamos que tener presencia en todos los soportes y canales posibles. La opción contraria es eso que llamamos microsegmentar que sería “hago publicidad en IG pero solo a cierto perfil de personas” de mi target.
Nota: al final de este post encontraréis este artículo en formato podcast por si os resulta más fácil escucharlo que leerlo.
Un ejemplo sencillo de entender: en TikTok hay mayoritariamente jóvenes pero no quiere decir que estén el 100% de los jóvenes. Así que si queremos llegar a todos nos veremos en la tesitura de buscarlos en otras redes y tendremos una planificación que dará más trabajo y, consecuentemente, costará más.
Esto sirve igual si hablamos de trabajo orgánico (publicaciones en una red social, desarrollar contenidos para YT o para un blog) que si lo hacemos en publicidad.
Ambos razonamientos, que científicamente son ciertos y no digo que no sean rentables en sí mismos en situaciones concretas, son poco eficientes y solo al alcance de quien tiene muchos recursos económicos. ¿Por qué? Porque el coste fijo de desarrollar contenidos y gestionar es alto y si, por el contrario, te pasas microsegmentando es posible que la rentabilidad no exista (es posible, eh!, no digo que no lo sea). Por eso cuando puedes escalar (amortizar el coste fijo) ya no tienes ese problema … o cuándo puedes sincronizar el mismo contenido en diferentes canales (YT y Twicht, serían un buen ejemplo), tampoco.
Querer llegar al 100% de nuestro público objetivo es una quimera.
Por eso, al final, la gran mayoría de empresas eligen sus canales en función de dónde hay mayor peso de su target/Buyer Persona. Al final aplicamos el sentido común y decidimos trabajar aquello que podemos abarcar, controlar y que nos da la mayor repercusión posible. Y al menor de los costes (rentabilidad).
El dicho “quien mucho abarca poco aprieta” se cumple siempre y más cuándo hablamos de planificar medios (sean en orgánico o en pago). Se trata de gestionar aquello que podemos abarcar/controlar bien porque lo importante es impactar y gestionar muy bien al grupo de posibles clientes que allí se concentran.
Cuando queremos estar en demasiados sitios la consecuencia más habitual es que primero nos entre el estrés y después que acabemos repitiendo los mismos mensajes en todos los sitios tratando de ser más productivos (que es completamente lógico). Y ahí es cuando el argumento “personalizar y segmentar” clásico de Social Media, por ejemplo, se rompe.
Es lo mismo que nos pasa como personas usuarias cuando usamos una red social ya sea en lo personal o en lo profesional (más en este último caso). Al final, de manera natural, nos acabamos decantando por aquellas redes que más nos llenan y que mejor podemos gestionar.
Así, seas una empresa pequeña, un profesional liberal o lo hagas por marca personal, analiza dónde van a pasar alguna de estas cosas:
- Dónde tiene más sentido el contenido que mejor representa la marca y/o lo que quieres comunicar/vender
- Dónde se encuentra, en mayor proporción, tu target/Buyer Persona
- Y, como extra, analiza cuántos recursos tienes medidos en: tiempo y dinero (servirá para lo que explicaré al final)
En una palabra, o en dos, planea y planifica. No te lances a abrir canales porque están de moda, porque “tu primo” te ha dicho que es el hype del momento o por esa tendencia natural de que hay que estar en todos los sitios dónde está nuestra target porque, como ya he dicho, nunca será el 100% y dudo de su eficiencia económica.
Lo más recomendable, hablando concretamente de marcas medianas o pequeñas o profesionales libres, es trabajar pocos espacios (en publicidad igual podemos debatirlo y ser algo más “permisivos” pero no demasiado) y cuidarlos bien porque de lo que se trata en redes sociales es de engagement, de enamorar al usuario y darle un buen servicio. Porque, al final y hablando en general, en RRSS hacemos más branding que conversión por la propia dinámica de los espacios.
Y, una vez que hayamos acumulado experiencia suficiente medida en tiempo transcurrido, analiza el resultado midiendo el coste por impacto porque esta métrica es la que iguala todos los canales y nos permite elegir los más rentables (por eso a los grandes no les pasa, porque pueden llegar con muchos recursos a muchos usuarios).
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