Para mi Lewis es el apologista cristiano más interesante. O, al menos, el que más me gusta. Es un pensador y ensayista espeso en algunos momentos pero que siempre hace que el esfuerzo valga la pena. Como narrador me parece limitado, pero sus artículos y ensayos breves me parecen una lectura imprescindible para todo aquel que quiera profundizar en la dimensión espiritual del hombre.
Después de recomendarlo a un amigo que necesitaba este libro, he releído El problema del dolor y he vuelto a disfrutar con sus explicaciones, argumentos y ejemplos. Es breve pero enjundioso. El asunto no es una cuestión fácil pero merece la pena dedicarle algún esfuerzo pues todos hemos de pasar por él. Lewis es bastante lógico, nada enfático ni dogmático, no pretende imponerse con violencia mientras nos conduce sin resquicios a donde quiere llegar.
El complemento natural de este libro es el que escribió a la muerte de su mujer, Una pena en observación.