Los ministros de Educación de la Unión Europea llegaron a un acuerdo en 1999 que se ha llamado Proceso de Bolonia, en el que inician el Espacio Europeo de Educación Superior que serviría de marco de referencia a las reformas educativas que muchos países habrían de iniciar en los primeros años de este nuevo siglo.
En él se incluyen aspectos relativos a toda la reforma universitaria. Lo más polémico es lo referente a la financiación de las universidades públicas y a la homogeneización de las titulaciones y los máster, que estarán enfocados a la empresa privada, la cual será la encargada, en gran parte, de establecer los planes de estudio.
Para los críticos, esa política de intervención de la empresa privada en la financiación provocará que condicione el ámbito universitario en la medida en que sus recursos dependerán de los criterios del mercado empresarial. Todo ello ha generado un intenso debate que ha traspasado el ámbito universitario.
Sin embargo, Carlos Fernández Liria, profesor de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid, una de las facultades donde la oposición al proceso es más patente, considera que
desde el comienzo, en los medios de comunicación no ha habido debate sobre Bolonia más que entre aquellos que ya estaban de acuerdo entre sí en todo lo esencial. Una completa estafa
Según Fernández Líria
la campaña que se ha desatado durante el año 2008 no tiene parangón: en El País, por ejemplo, no ha habido un solo día en que haya faltado un artículo a favor del proceso de Bolonia, artículos que han sido normalmente de pura propaganda descarada. En los otros medios ha sido lo mismo, aunque quizás no de forma tan exagerada y fundamentalista. Esto se debe, sin duda, a que se han intentado contrarrestar las protestas del movimiento estudiantil y de algunos sectores del profesorado, que este año se estaba haciendo oír más de la cuenta.
Cita como ejemplo que
El Decano de la Facultad de Filosofía de la UCM envió una carta abierta a todos los periódicos firmada por una docena de Juntas de Facultad de toda España y por la Conferencia de Decanos de Filosofía, así como por distintas asociaciones científicas y plataformas reivindicativas.
En ella se presentaba un “Manifiesto sobre la profesión de profesor” que pedía la derogación de la Orden Ministerial que pretende regular el acceso a dicha profesión en el marco de Bolonia. El propio Claustro de la Universidad Complutense de Madrid ha pedido la derogación de esa Orden Ministerial.
Pues bien, los periódicos no sólo no publicaron la Carta Abierta, sino que ni siquiera enviaron un acuse de recibo. Ni un solo periódico se dignó a hacerlo. Uno se pregunta si esto es a lo que tenemos que llamar “espacio público” de una sociedad democrática.
Los grupos empresariales propietarios de los medios de comunicación machacan a diario a la opinión pública con propaganda pro Bolonia. Una docena de Juntas de Facultad y el Claustro de la mayor Universidad del Reino de España no tienen ninguna posibilidad de hacer llegar su voz a la población. Vamos a tener que publicar ese manifiesto como publicidad, para lo que nos han pedido 13.000 euros.
Hace tres años ya sucedió lo mismo con el manifiesto “¿Qué Educación Superior Europea?”. Se tradujo a media docena de lenguas y lo firmaron 5.000 profesores universitarios de todos los paises de Europa. A pesar de ello, ningún medio lo publicó ni dieron ninguna explicación a sus promotores.
Académicos como Josep Fontana, Antonio Doménech, Joaquín Miras, Francisco Fernández Buey y otros prestigiosos profesores de Cataluña llegaron a elaborar otro documento público denunciando el papel de la prensa en este proceso.
Varios intelectuales también han denunciado lo que califican como una campaña de mercantilización de la universidad pública. En su denuncia recogen numerosos ejemplos de la unidireccionalidad informativa y editorial de los medios, que, en su opinión, presentan coincidencias importantes que configuran una campaña.
Los profesores Albert Corominas y Vera Sacristán recogieron una amplia muestra de esta operación mediática que intenta desprestigiar la universidad pública e insinuar las bondades de la interferencia empresarial que sugiere la propuesta de Bolonia, de la que señalamos aquí algunos ejemplos:
El Círculo de Empresarios denuncia que la universidad española no funciona (La Gaceta de los Negocios, 19 de noviembre de 2007, p.6)
Desmadre económico y organizativo en la universidad pública española. Más de 60.000 personas toman decisiones, pero no hay quien controle sus cuentas. Uno de cada cinco campus es deficitario. (Radiografía de la Universidad española, La Gaceta de los Negocios, 7 de febrero de 2008, p.6. Recogido en Ibercampus.es, 7 de febrero de 2008: Uno de cada cinco campus es deficitario. Desmadre económico en la Universidad pública española).
Hacer carrera en la Universidad española. ¿mérito o amiguismo? (El Mundo [Campus],13 de febrerio de 2008, pp.4-5. Reogido en Ibercampus.es, 13 de febrero de 2008: La enredadera de la endogamia. La universidad corrupta).
El movimiento intelectual contra el plan de Bolonia sólo fue noticia cuando los estudiantes iniciaron movilizaciones, manifestaciones y encierros nada menos que en 70 ciudades en el periodo entre el 13 y el 20 de noviembre de 2008.
Entonces, según denunció el quincenal alternativo Diagonal, en apenas 24 horas, tres diarios de tirada nacional (El País, El Mundo y La Vanguardia) de diferente color político coincidieron en la publicación de sendos reportajes sobre la infundado de las movilizaciones estudiantiles.
Los tres medios reprodujeron en sus respectivas ediciones nacionales un reportaje con espacio reservado en portada, todos ellos manejaban la misma teoría de que las protestas y quejas de los estudiantes no tenían relación con el contenido del Plan Bolonia, y de que la idea de que este proceso privatiza la universidad como servicio público es falsa.
El periódico Diagonal llegó a la conclusión de que esa espectacular sintonía entre línea editorial de todos los periódicos y gobierno sólo podía estar generada por un plan del Ministerio de Educación y Ciencia de favorecerles en sus presupuestos de publicidad para el 2009.
Fuente: DESINFORMACIÓN cómo los medios ocultan el mundo (PASCUAL SERRANO)
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