Muchos padres de familia en la actualidad desean que sus hijos e hijas ingresen al primer grado con los procesos de lecto-escritura avanzados, ya que esto les crea incertidumbre sobre el progreso que tendrán los niños en este primer año escolar.
De ahí que es importante que como padres y madres de familia recordemos que las habilidades para el aprendizaje de la lecto – escritura tienen parte fundamental dentro de su desarrollo y que los niños son seres integrales y no fragmentaciones. ¿Qué se quiere decir con ello? A un niño se le puede tratar de meter la lectoescritura y enseñarle a escribir las letras, conocer los fonemas y las sílabas, pero si su desarrollo no está preparado se pueden causar dificultades a nivel emocional, entre ellas la más relevante seria una repulsión de los niños por el estudio u dificultades en el aprendizaje, estás son unas de las pocas razones que se pueden vislumbrar en la aceleración de los aprendizajes.
Es por ello que se hace necesario, que se respete el desarrollo de los niños y las niñas; y antes de iniciar dichos procesos les brindemos experiencias ricas que les permitan el desarrollo de habilidades cognitivas, lingüísticas, motoras y emocionales que los motiven y favorezcan el desarrollo natural de la lecto-escritura.
Un niño en edad preescolar debe tener un ambiente lingüísticamente enriquecido; con esto no se quiere decir que esté lleno de palabras, pero se puede iniciar con procesos de identificación de símbolos, por ejemplo: signos de comidas rápidas, de empresas, con imágenes de animales.
Recordemos que la primera forma de escritura en los niños son los dibujos, dejémoslos dibujar y retémoslos a crear sus propias historias con la escritura y el nivel que ellos hayan desarrollado.
Una de las formas más naturales es el lenguaje integral, a nivel de América latina unas de sus mayores propulsoras son Adelina Arellano, Ruth Sáenz y Emilia Ferreiro, quiénes han visualizado etapas de la escritura que se visualizan en los niños desde edades muy tempranas y hasta el desarrollo de la escritura alfabética que utilizamos. Ellas proponen que el desarrollo de estos procesos se promueve de una mejor forma si se basa en experiencias significativas, relacionadas con el entorno en el que se desarrollan los menores.
Algunas experiencias que como padres de familia pueden promover es la lectura de símbolos, presentar imágenes, dejarlos realizar experiencias que les permitan desarrollar su motora gruesa y fina de las manos (plastilina, colorear, tomar el lápiz correctamente, engomar, bodoquitos, jugar con semillas, recorte, entre otras).
Por favor si no tienen una motora fina adecuada no los pongan a realizar trazos de letras porque esto atrofia los procesos naturales y crea desmotivación al no poder realizarlos y sentir la presión de sus padres o docentes en el momento de ser corregidos.
“Todo en la vida tiene un momento y un propósito a prendamos a esperas”
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