Revista Religión
Hermanos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas..." (Stg. 1:2). Estas palabras, al parecer, son imposibles de obedecer para la gran mayoría de las personas, debido a que nuestra mentalidad o forma de ver las pruebas difiere mucho de lo que enseña este versículo. Por ejemplo, cuando te sientes en medio de la prueba, ¿qué es lo primero que piensas?
Creo no mentir si supongo que sería algo como lo siguiente: "¡Ay! Esto duele mucho y el dolor no puede ser bueno, ¿verdad?"; o "Creo que Dios ya no me ama porque no me libra de inmediato de esta situación"; o "Las personas realmente santas nunca experimentan dolor, angustia o pérdida porque reciben un trato especial de parte de Dios".
Todos hemos tenido esta clase de pensamiento en algún momento, pero quiero animarte a cambiar estos paradigmas y maneras de pensar equivocadas y aprendamos a ver estos momentos como una oportunidad para crecer y no como un mal para ser soportado.
La prueba siempre producirá algo en nuestra vida. Si logramos responder de la manera correcta, Santiago nos dice que producirá paciencia. Si no respondemos correctamente, se producirá algo negativo y hasta destructivo en nuestra vida. La prueba puede producir fruto para la gloria y honra de Dios o puede producir amargura, falta de perdón y alejamiento de Dios. Nosotros decidimos qué producirá, y para lograr que produzca un fruto apacible y bueno es necesario cambiar algunas de nuestras perspectivas.
Para lograr este cambio, primero es necesario establecer dos verdades fundamentales que entiendo pueden lograr el cambio en nuestra manera de percibir las pruebas.
En Juan 16:33 Jesús nos dice que seguramente tendremos aflicciones en este mundo, pero continúa diciendo que no debemos preocuparnos por este estado debido a que Él ha vencido al mundo. Es decir, todo lo que pueda existir o suceder en este mundo está bajo el control y señorío de nuestro Dios. No es para decir que Él causa todo, no, pero sí puede tener el control de todo, si es que nosotros se lo cedemos.
Contamos con el libre albedrío y ejercemos todos los días este derecho al decidir cómo vivir en y responder a nuestro medio ambiente. Pero saber, sin lugar a dudas, que Dios puede entrar en escena y tomar el control de cada situación, si así se lo hemos pedido, es para mí una fuente de enorme consuelo. No importa cuán alocada gire mi vida, yo sé que al instante llegará mi Padre celestial con el poder para calmar la tormenta o darme la paz necesaria para atravesarla si así fuera. Dios está en control.
Otra verdad fundamental para ver un cambio en mi actitud ante la prueba se encuentra en Mateo 28:20, donde Jesús nos dice que nunca nos dejará ni abandonará. En los momentos de oscuridad, dolor, angustia y duda, la roca que sostiene mi fe es que Él está conmigo. Nunca sentiré abandono o rechazo de mi Padre celestial. Eso me da una tremenda sensación de seguridad, tranquilidad y gozo.
Así que, si permites que Dios establezca estas bases en tu vida, podrás tener sumo gozo cuando te enfrentes a diversas pruebas y aflicciones. Cuando llegue aquella terrible e inesperada enfermedad, pérdida de trabajo, relación rota, tendrás la certeza de que Dios está en control y podrá sacar de esto algo provechoso, porque todas las cosas nos ayudan a bien si amamos a Dios. Cuando nos alineamos con la verdad de que Dios ha vencido al mundo, pasaremos la noche en paz y seguridad.
O si nos encontramos en las garras del abandono, rechazo o inseguridad material, podemos estar seguros de que Dios está a nuestro lado sosteniéndonos con sus brazos de amor y llevándonos a pasar por ese desierto. Si ponemos nuestra mirada en Él, saldremos más fuertes y con más conocimiento de nuestro Dios y su obra en nuestra vida.
Permite que estas dos verdades formen la base de tu diario vivir y verás cómo tu corazón y mente se llenarán de todo el fruto del Espíritu Santo, y podrás decir con toda honestidad y sinceridad: "Tengo por sumo gozo cuando me hallo en toda clase de prueba porque sé que Dios lo puede usar, si yo se lo permito, para producir algo bueno y provechoso en mi vida".
--Nolita W. de Theo es la autora de La mujer de Sus sueños, publicado por Casa Creación. Además, contribuye con artículos para revistas y edición de libros. Reside en Houston, Texas, junto a su familia.
Fuentes: Vida Cristina