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El profeta guerrero de R. Scott Bakker

Publicado el 27 abril 2010 por Severian
Y de repente se dio cuenta de que había creído al dunyaino, creído que había cometido un error.
Y sin embargo, así era con frecuencia: creer y no creer. Se acordó de cuando escuchaba al viejo Haurut, el memorialista utemot que le enseñaba versos de niño. En un momento Cnaiur estaba barriendo la Estepa con un héroe como el gran Uthgai y al siguiente estaba viendo a un anciano destrozado, borracho de gishrut, atrancándose con frases de mil años de antigüedad. Cuando uno creía, el alma se movía. Cuando uno no creía, se movía todo lo demás.
-No todo lo que digo -dijo el dunyaino- puede ser una mentira, scylvendio. ¿Por qué insistes en creer que yo te engaño en todo?
-Porque así -gritó Cnaiur- no me engañas en nada.
El profeta guerrero de R. Scott Bakker
Precaución: No debes continuar leyendo si no deseas conocer parte del argumento del primer libro del Principie de Nada, "En el principio fue la oscuridad".
En la tierra de Eärwa, en la región de Los Tres Mares, Maithanet el líder de los Inrithi, los seguidores del Colmillo, ha llamado a una Guerra Santa contra los infieles Fanim, con el fin de liberar la sagrada ciudad de Shimeh.
Anasurimbor Khellus y Cnaiur Urs Skotha se involucraron en la guerra Santa con solo una finalidad en mente. Llegar a la sureña ciudad de Shimeh, y estando ahí encontrar y asesinar al padre de Khellus, Anasurimbor Mohengus. Mientras tanto Esmenet, una prostituta de Sumna realiza una penosa travesía a pie hacia la Guerra Santa, para encontrar al hechicero Achamian y pedirle que la convierta en su amante. Serwe, la doncella que Cnaiur tomó como esclava, asesinando a un grupo de mercenarios, es arrebatada por Khellus, quien la toma como esposa, para continuar jugando con la mente del barbaro.
Khellus y Cnaiur se integran poco a poco al circulo de generales y príncipes que deciden el destino de la Guerra Santa, sorpresivamente Cnaiur es elegido como estratega principal del ejercito Inrithi, para vergüenza de Ikurei Conphas, el sobrino del emperador.  Khellus aconseja al General Coithus Saubon que puede demostrar su valentina y piedad a su Dios adelantándose al contingente principal, y enfrentándose al caudillo Fanim Skauras sobre las devastadas llanuras de Mengedda.
El suelo de Mengedda es radioactivo, probablemente por la acción de una arma de destrucción masiva conocida solamente como la Lanza de Heron, una arma fabulosa que fue utilizada 2000 años antes  por el hechicero Seswata para destruir al No-Dios, Mog Pharau.
El príncipe Proyas envía al General Xinemus para convencer a Achamian de que se habían encontrado algunos libros pertenecientes a la Gnosis, (El tipo de magia utilizado por El Mandato, la escuela de Achamian) dentro de la librería Sareótica. A regañadientes Achamian acepta realizar dicho viaje, dentro de la librería es emboscado y aprendido por los Chapiteles Escarlatas, con el fin de torturarlo y sacarle los secretos de la magia Gnóstica.
Los agentes de El Consulto, Los espías sin Rostro, descubren que Khellus puede ver a través de sus modificaciones faciales, y en repetidas ocasiones intentan asesinarlo, Khellus no revela su descubrimiento hasta encontrar la motivación de tales abominaciones.
Mientras tanto la procesión hacia el sur de la Guerra Santa no se interrumpe, todos los príncipes, generales, caballeros, caudillos, soldados y escuderos se enfrascan en batallas cada vez mas complicadas. Acompañados de un sequito igual o mayor en numero, de mercaderes, prostitutas, acompañantes, criados, esposas y esclavos. Todos enfilandose hacia su destino final en Shimeh, la capital del imperio Fanim.
El profeta guerrero de R. Scott Bakker
R. Scott Bakker no defrauda con esta segunda entrega del Príncipe de Nada, las digresiones y la amplitud de miras de la primera novela pagan con creces el esfuerzo del lector, esta continuación se siente mucho mas enfocada en el desarrollo de la historia, ya conocidos los trasfondos de cada personaje.
En este espectacular, sincero, aunque poco riguroso, análisis de las guerras religiosas, se muestra en su máximo esplendor la dicotomía de toda cruzada religiosa, toda atrocidad es permitida en nombre de  la fe, y el fervor religioso es malentendido como derecho divino. Bakker muestra la exaltación del combate, y es en las escenas marciales donde el libro brilla mas, mostrando combates entre bandos gigantescos con una soltura y magnificencia pocas veces vista.
Con esto no quiero decir que las caracterizaciones de los personajes se vean opacadas, sino todo lo contrario, es solo que algunos de los personajes principales destacan tanto, que deslumbran con la penetración de su pensamiento,  y es complicado apreciar el gran trabajo que logra el autor con los personajes secundarios.
Con mas de setecientas paginas, El Profeta Guerrero es un libro pesado, literal y metafóricamente, con muchos conceptos filosóficos interesantes, y una miríada de facciones y personajes, por lo cual el lector debe mantenerse atento a todas las revelaciones que van apareciendo en el libro.
RESUMEN: El Profeta Guerrero es la continuación de En el principio fue la oscuridad, y precedente de El pensamiento de la Mil Caras, es en este libro donde caen algunas mascaras, y vemos a los personajes principales como verdaderamente son. Es una continuación mas enfocada en el desarrollo de la historia, y el desarrollo de los personajes.  Fantasía Épica adulta, con la brutalidad de la Edad Media retratada de una manera terrible, repulsiva en ocasiones. No es apta para lectores impresionables, y es imprescindible leer primero la novela que le antecede.  
La venganza rugió en las salas del complejo, como un Dios.
Y él cantó su canción con la furia ciega de una bestia, partiendo los muros desde los fundamentos, haciendo saltar el techo hasta el cielo, como si las obras de los hombres fueran cosas de arena.
Y cuando les encontró, encogidos de miedo bajo sus Analogías, atravesó sus Guardas como un violador una enagua de algodón. Les golpeó con martilleantes luces, sostuvo sus cuerpos temblorosos como si fueran cosas curiosas, el idiota revolotear de un insecto entre el índice y el pulgar.
La muerte descendió trazando una espiral.
Les oyó corriendo por los pasillos, desesperados por organizar alguna clase de defensa concertada. Sabía que el sonido de la agonía y de la piedra quemada les recordaría lo que habían hecho. Su horror sería el horror de los culpables. La muerte, reluciente, había acudido a reparar sus pecados. 

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