Camaradas,
El Führer ha ordenado hoy interrumpir el polémico programa de eutanasia activa del Reich que, bajo el nombre de “Acción T4” (Aktion T4), había estado funcionando desde septiembre de 1939. “T4” es una abreviatura de “Tiergartenstraße 4”, la dirección de una casa de campo en el municipio berlinés de Tiergarten que ha sido el cuartel general del programa de muerte asistida del Tercer Reich.
"60.000 marcos cuesta el cuidado de este inválido a lo largo de toda su vida. Compatriota, éste también es tu dinero." Posiblemente uno de los mayores errores del programa de eutanasia Nacionalsocialista haya sido plantear la muerte asistida en términos económicos, cuando una gran parte de la población es sobre todo sensible a la cuestión moral.
Creado como una manera de proporcionar una solución a aquellas familias que tuviesen que convivir con alguna grave tara física o psíquica en algunos de sus miembros, “Acción T4” ha estado sujeta a una fuerte polémica desde su concepción. Un número estimado de 70.273 personas, en su mayoría enfermos mentales, se han acogido al programa, en la mayoría de los casos de manera voluntaria o con el consentimiento de sus familias o tutores y siempre después de concienzudos exámenes médicos. A pesar de ello, han sido muchas las voces disonantes que se han alzado contra lo que, según muchas personas, más que un programa de eutanasia caritativa, constituye un asesinato en masa en toda regla. El pasado 31 de julio, sin ir más lejos, el obispo de Münster denunció durante un sermón lo que consideraba eran simple y llanamente asesinatos. Ante el clamor popular, el Führer ha decidido finalmente suspender el programa.
"... porque Dios no puede querer que los enfermos y lisiados engrenden nuevos enfermos y lisiados."
De hecho, fue precisamente una petición popular lo que impulsó al Führer a organizar “Acción T4”. Durante el verano de 1939, los padres de un niño llamado Gerhard Kretschmar que sufría graves deformaciones escribieron al Führer solicitando su permiso para que su hijo recibiera una muerte digna. El Führer accedió a la petición y autorizó la creación de un Comité del Reich para el Registro Científico de Enfermedades Graves Hereditarias y Congénitas liderado por Karl Brandt, médico personal del Führer, que en lo sucesivo se encargaría de atender a las solicitudes de aquellos padres que, en circunstancias similares a las de los padres de Gerhard Kretschmar, quisieran terminar con el sufrimiento de sus hijos.
"La vida, sólo como una carga."
Más adelante, el programa evolucionó para incluir la eutanasia de personas adultas que presentasen graves discapacidades mentales o físicas. Fue en ese momento, el primero de septiembre de 1939, que nació “Acción T4” bajo la denominación Fundación de Caridad para la Cura y el Cuidado Institucional. Al frente de dicho organismo se han encontrado Philipp Bouhler, Jefe de la Cancillería Privada del Führer y el propio Doctor Karl Brandt, que han llevado a cabo su trabajo con gran eficacia, meticulosidad y sensibilidad para con las familias, a quienes se les enviaba puntualmente un certificado de defunción y una caja con las cenizas de su ser querido.
Fotografía de un enfermo mental adulto en un asilo.
Aún así, “Acción T4” ha suscitado numerosos recelos entre la población y, en especial, entre los círculos católico y protestante, completamente opuestos a cualquier clase de programa de eutanasia. El obispo de Münster, Clemens August Graf von Galen, denunció el programa T4 en un sermón el pasado 31 de julio e hizo llegar su texto vía telegrama al Führer, conminándole a “defender al pueblo ante la Gestapo. Es algo terrible, injusto y catastrófico cuando un hombre opone su voluntad a la voluntad de Dios. Estamos hablando de hombres y mujeres, nuestros compatriotas, nuestros hermanos y hermanas. Pobre gente improductiva si lo deseáis pero, ¿quiere decir esto que han perdido su derecho a vivir?”
Esta y otras denuncias, tanto públicas como privadas, la sensación de terror que en algunos casos han llevado a algunas familias a retirar a sus enfermos de hospitales y asilos y cuidarlos en casa y, en resumidas cuentas, el clamor popular en contra del programa de eutanasia T4, han obligado finalmente al Führer a cancelarlo y a emitir estrictas instrucciones a todos los Gauleiters de que en adelante no se vuelva a incurrir en nuevas ofensas contra las Iglesias. Termina así una revolucionaria iniciativa preñada de polémica que sin duda surgió como un acto caritativo pero que, como tantos otros proyectos emprendidos con la mejor de las intenciones por parte del hombre, quizás se les haya escapado de las manos a las autoridades del Reich. En la implementación de T4 sin duda se han incurrido en algunos errores, y en esta clase de temas “algunos errores” suelen ser “suficientes” para que un programa como “Acción T4” pueda ser calificado sin el menor género de dudas de cruel atrocidad.
A pesar de ello, no nos cabe duda de que el debate de la eutanasia seguirá abierto y que el futuro planteará nuevos y numerosos debates de difícil solución. Al menos, el Tercer Reich siempre podrá decir que trató de hallar una.
Es lebe Nationalsozialismus!Es lebe Deutschland!