En el Partido Popular somos conscientes de la importancia y los beneficios de una política exterior común y coherente, y de la necesidad de una estrecha cooperación de los gobiernos europeos sobre la base de la fortaleza que nos otorgan nuestros principios y valores compartidos. La Unión Europa debe dar un impulso a su presencia e influencia como actor internacional, basado en la libertad, la prosperidad y la seguridad de los Estados que la conforman.
Solo podremos desempeñar un papel relevante a nivel internacional si ponemos nuestro capital económico, institucional y político al servicio de una política realmente dinámica e innovadora, plenamente integrada en el entorno mundial.
La defensa activa del multilateralismo y la definición de nuestros intereses desde una perspectiva común nos dará la fuerza que la Unión Europea necesita en el siglo XXI.
El nuevo horizonte de la Unión viene definido por su papel como actor global.
No se puede entender el proyecto comunitario sin ser conscientes del carácter profundamente atlantista que lo ha definido desde su origen, con un compromiso decidido con la democracia, los derechos humanos y las libertades fundamentales.
De ahí la importancia que tienen las relaciones con Estados Unidos, la consolidación de una auténtica comunidad atlántica de seguridad, libertad y prosperidad.
La OTAN es una expresión de esta comunidad. Atlantismo y europeísmo son en realidad las dos caras de una misma moneda.
El Mediterráneo es una región de especial importancia para la Unión Europea, y de gran influencia para nuestra seguridad, especialmente tras los cambios que se están produciendo en el Norte de África y Oriente Medio.
La Unión Europea debe apoyar decididamente el anhelo de democratización de los ciudadanos de los países mediterráneos, impulsando su apertura política y económica para fomentar un área compartida de paz, estabilidad y prosperidad. En el marco de la Política Europea de Vecindad, la Unión por el Mediterráneo debe ser una prioridad. Asimismo debemos favorecer soluciones a los conflictos abiertos sobre la base del respeto a la legalidad internacional, el multilateralismo y el acuerdo entre las partes implicadas. Mantendremos el liderazgo de la Unión Europea en la ayuda humanitaria prestada en las situaciones de conflicto y post conflicto.
La relación de la Unión Europea con sus vecinos es de vital importancia.
Debemos asegurar un área de paz, estabilidad y prosperidad compartida, tanto con nuestros vecinos del Sur del Mediterráneo como los del Este. En este sentido, las relaciones de la Unión Europea con Rusia tienen una gran importancia. A pesar de evidentes dificultades, es posible la identificación de intereses comunes en cuestiones políticas, energéticas, económicas y de seguridad. Tras los recientes acontecimientos en Ucrania, es más necesaria que nunca una política común de Europa hacia Rusia. La aplicación del acuerdo de asociación entre la Unión Europea y Ucrania cobra una especial relevancia en este contexto.
China, India, Japón y el resto del continente asiático deben ser una prioridad para la Unión Europea, por su excepcional potencial económico y su creciente influencia internacional. Debemos estrechar las relaciones estratégicas, especialmente en los ámbitos económicos, comerciales y políticos, dando un mayor contenido a las Cumbres bilaterales de Europa con estos países, asegurando la defensa de los intereses europeos.
Nuestra pertenencia a la Comunidad Iberoamericana ofrece oportunidades económicas y políticas a todos sus miembros. Además, es un activo para nuestra posición en Europa y en relación con Estados Unidos. Es necesario que Europa, con el impulso de España, consolide en la región su política decidida de fortalecimiento de la democracia, integración económica y apoyo a la estabilidad y la seguridad jurídica.
Europa es el primer donante de ayuda al desarrollo. La lucha contra la pobreza, especialmente la que afecta a la infancia, sigue siendo un objetivo irrenunciable, que debemos perseguir a través de todos los instrumentos posibles.
Europa siempre mantendrá una postura decidida en la defensa de los Derechos
Humanos, la dignidad de todas las personas, y sus libertades fundamentales.
Finalmente, necesitamos dar un impulso renovado a la Política Común de
Seguridad y Defensa. Como un elemento fundamental de la Política Exterior de la Unión Europea, para afrontar la gestión y resolución de las crisis internacionales.
Pese a los avances logrados en esta materia, como demuestra el hecho de mantener en la actualidad 14 misiones en el extranjero, entre componentes civiles y militares, queda aún mucho camino por recorrer. En este mismo sentido, es igualmente necesario avanzar en la reforma de la Estrategia Europea de Seguridad. El compromiso de España con la seguridad y la defensa europea se ha mostrado con claridad en la participación de nuestro país en las operaciones europeas en Mali y el Cuerno de África.
Nuestras Soluciones
1. Reforzaremos el liderazgo de la Unión Europea en materia de relaciones exteriores desde los principios de la promoción y defensa de los derechos humanos, la libertad, el Estado de Derecho y el multilateralismo. Contribuiremos a hacer de Europa un actor fuerte e influyente en la escena internacional, fomentando la eficacia del enfoque global como elemento definitorio de la acción exterior de la Unión Europea.
2. Impulsaremos el papel del Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad para dotar de mayor coherencia, influencia y visibilidad a la acción exterior de la Unión. Aumentaremos la capacidad operativa del Servicio Europeo de Acción Exterior.
3. Reforzaremos el vínculo atlántico como eje de atención prioritario. Prestaremos especial atención a las negociaciones del acuerdo comercial y de inversiones entre la Unión y Estados Unidos. Potenciaremos la Cumbre UE-Canadá. Trabajaremos en favor de una cooperación triangular que vincule también a América Latina.
4. En el marco de los instrumentos de Vecindad, reforzaremos el diálogo político vinculado a mejoras democráticas y defensa de los derechos humanos, en particular los derechos de las mujeres. Desarrollaremos una interlocución eficaz que facilite la inclusión política y social de los países del Mediterráneo. Fomentaremos el desarrollo de la Unión por el Mediterráneo.
5. Daremos un impulso renovado a las relaciones con América Latina. Aprovecharemos la dinámica positiva que nos ofrece la alternancia de las Cumbres UE-América Latina con las Cumbres iberoamericanas. Apoyaremos la firma del acuerdo comercial UE-MERCOSUR y otros acuerdos de asociación con países de la región. Fomentaremos una mayor implicación de la Unión Europea en la defensa de los intereses estratégicos de los Estados miembros en América Latina cuando estos estén en riesgo.
6. Mejoraremos la presencia de la Unión en los mercados y sociedades de Asia. Impulsaremos las relaciones económicas con China, India y Japón. Defenderemos una relación basada en la confianza y el respeto a los acuerdos y la legalidad internacional con Rusia. Velaremos por la aplicación de los acuerdos de la Unión Europea con Ucrania.
7. Impulsaremos el perfeccionamiento de los instrumentos de defensa comercial de la Unión Europea con todos sus socios.
8. Redefiniremos el Instrumento de Cooperación al Desarrollo, vinculándolo a la pobreza y la vulnerabilidad. Además de la renta de los países, reforzaremos los criterios de desigualdad social o el desarrollo humano.
9. Promoveremos una mejora en la eficacia, la visibilidad y en la implementación efectiva de la Política Común de Seguridad y Defensa. Impulsaremos un incremento en las capacidades de defensa y el fortalecimiento de la industria europea de este sector. Promoveremos una reforma de la Estrategia Europea de Seguridad.
10. Propondremos un Plan de Diplomacia Pública Europea como medio para promover la acción exterior conjunta de la Unión, implicando a actores públicos y privados de todo el continente.