El Progresivo, el campechano y dos yernos republicanos

- ¡Viva Mariano el Progresivo!
- ¡Mira! Cómo mis gafas.
- Usted siempre saliéndose por peteneras.
- Y usted poniéndomelas en el área y botando.
- Lo que pasa es que a usted le ha comido la moral que no se le hubiera ocurrido a sus amigos los Sociatontos lo de cobrar las medicinas de acuerdo a la renta de cada uno.
- Eso sólo se le puede ocurrir a sus amigos los Pupalares. Ahora le ponemos a todo lo de la progresividad y ya se puede cobrar hasta por respirar, siempre que se le cobre más al que más tenga.
- Lo suyo es quejarse.
- Y lo suyo recortarnos. Entre recortes, copagos, repagos, impagos y cualquier otra cosa que termine en pago, vamos a volver a la posguerra y al extraperlo.
- Es usted más antiguo que el pozo el Valle. Y qué me dice del campechano.
- Que lo siente, que se ha equivocado y que no volverá a ocurrir.
- Pero ¿se sabe que es lo que siente? Lo digo por saber que es lo que no va a volver a ocurrir.
- La asociación de elefantes de boswana o como se diga, también lo quiere saber. Por quitarse ya el chaleco antibalas más que nada. Es que les da mucho calor.
- No me diga usted que con la carita que puso para disculparse, no estaba para darle un abrazo.
- Sí. El abrazo del oso.
- Los que están que trinan son los partidos republicanos. Les está quitando el trabajo. Entre los yernos y él han hecho más por la república en cuatro días que los republicanos en muchos años.
- Pero tanto Marichalar como el Borbón, han prometido que la próxima vez que se vean implicados en algún asunto de armas de fuego, para estar en consonancia con la crisis procurarán que sea con una escopeta “recortada”.
- Sería muy de agradecer.