Revista Libros
Prosigue Cristiano su peregrinación, viéndose abandonado por Obstinado y Flexible.
Cristiano echó a correr en la dirección que se le había marcado; mas no se había alejado aún mucho de su casa cuando, se dieron cuenta su mujer e hijos, empezaron a dar voces tras él, rogándole que volviese. Cristiano, sin detenerse y tapando sus oídos, gritaba desaforadamente:
—¡Vida!, ¡vida!, ¡vida