Revista Libros
Cristiano siguió su camino hasta que llegó a la casa del Intérprete, donde llamó varias veces. Al fin alguien acudió al llamamiento y le preguntó quién era.
CRIS. —Soy un viajero enviado acá por un conocido del buen dueño de la casa.
Llamaron, pues, al señor de la casa, el cual en poco tiempo vino a Cristiano, y le preguntó qué cosa quería.
CRIS. —Señor he venido de la Ciudad