Revista Cultura y Ocio

El propio gobierno

Por Jcbarona
El propio gobiernoPues aquí seguimos, encerrados una semana más y esta será la tercera. Si no te has adaptado, ya estás tardando. Quizá seas celoso como yo de la libertad (qué gran frase: «celoso de la libertad», incluso de la propia, añadiría) y te de comezón estar tan coartado, pero es lo que toca, no por que lo diga ningún gobierno sino porque lo dicta el sentido común. No es solo por tu salud, que podrías tomarte tan a broma como quisieras, sino por la de los demás a quienes podrías contagiar sin saberlo o cuyo legítimo lugar podrías llegar a ocupar en un hospital desbordado.
«La Vida se imita constantemente a sí misma». Y este encierro forzoso me anima hoy a pensar en el que venimos experimentando desde el mismo momento de nacer. ¿No te parece que estamos confinados en nuestra mente y en este cuerpo, sujeto a su vez a las leyes físicas, etc…?
De repente nos preocupa más lo que comemos, nuestro estado físico y el deporte que seremos capaces de practicar en circunstancias tan adversas. La calidad de la convivencia con quien le toque a cada cual, y qué haremos exactamente cada día, ahora que parecemos más dueños de nuestro tiempo; a nivel de ocio, de descanso, de estudio…, con cuántos hablaremos y a quién echaremos de menos.
¿No te parece que es algo más fácil de posponer a lo largo de una vida convencional?, ¿algo que de hecho posponemos todo el tiempo?
Esa Vida que se imita nos brinda, casi nos obliga, a revisar nuestra existencia ahora y todo lo que vaya a durar el confinamiento. ¿Por qué no aprovechar el impulso para meternos un poco más adentro, allí donde no llega más gobierno que el nuestro, al de uno mismo me refiero?
Sin prisa, nadie nos ve. ¿Qué cantidad y de qué calidad son nuestros pensamientos?, ¿en qué medida son nuestros o prestados o cazados al vuelo, y si podemos hacer algo para silenciarlos un momento?, ¿cuánto y cómo cambia nuestro estado de ánimo, cómo están nuestras emociones y qué podemos hacer al respecto?, ¿qué somos, de qué estamos llenos, cómo deshacer este nudo y qué tendría que haber en estos huecos…?
Por partes. Lo primero es manejarse bien durante esta crisis, para salir de ella incluso mejor de lo que entramos, sin perder ni la salud, ni la cabeza. Una vez conseguido, que no es poco, qué magnífica oportunidad de hacer algo revolucionario en ese otro «confinamiento interior» al que no afectan más estados de alarma que los que uno mismo se imponga.

Volver a la Portada de Logo Paperblog